Lo cierto es que la administración Biden no cuajó mucho con los magnates tecnológicos. Silicon Valley es la capital tecnológica de Estados Unidos, un lugar donde solían apoyar a los demócratas, pero ahora temen que con Kamala Harris puede llegar más regulación.
Y su partido ya ha prometido más impuestos a las rentas más altas. Algo que contrarresta con el discurso de un Donald Trump que tiende la mano a reducir las regulaciones al mínimo y la idea es bien recibida. "En Silicon Valley se aprecia de Trump esa idea de que hay que reducir el Estado y las regulaciones a un mínimo", explica Pedro Rodríguez.
"En el caso de la administración Biden realmente Silicon Valley no ha tenido un verdadero amigo en la Casa Blanca. Ha habido demandas antimonopolios, se ha intentado regular a las grandes tecnológicas, el tema de la libertad de datos... pero por otro lado la administración Biden aprobó una ley, la Ley CHIPS, que es para la producción de semiconductores en Estados Unidos y eso fue muy aplaudido por Silicon Valley", apunta Carlota García, investigadora principal de Estados Unidos del Real Instituto Elcano.
Y mientras Donald Trump tiene de aliado al multimillonario Elon Musk, Kamala Harris también guarda buenas relaciones con empresarios como el fundador de Linkedin o Laurene Powell Jobs, la viuda del creador de Apple.
"Ha habido de manera individual gente de Silicon Valley que sí que ha apoyado a Donald Trump, pero yo creo que hay una mayoría más amplia que apoyaría al Partido Demócrata", sentencia Carlota García.
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