Kamala Harris y Donald Trump apuran los últimos instantes antes de las elecciones del 5 de noviembre que decidirán quién terminará en la Casa Blanca. 

Sin embargo, e independientemente de los candidatos, muchos estados son tradicionalmente de un partido u otro y todo se decide en un puñado de estados, los conocidos como 'swing states'. "Son estados que realmente el margen de victoria es tan pequeño que pueden caer de un lado o de otro", explica Pedro Rodríguez, profesor en relaciones internacionales.

Algo que tienen en cuenta los propios candidatos. De hecho, Donald Trump incluso ha llegado a afirmar que su victoria electoral llegará si vence en Pensilvania, lugar donde sufrió el atentado: "Si ganamos Pensilvania, ganamos las elecciones".

Además de Pensilvania, Arizona, Michigan, Georgia, Carolina del Norte, Wisconsin y Nevada son los estados más igualados que pueden decantar estas elecciones. "El más el más relevante es Pensilvania pero también hay Estados que están en el oeste como Arizona y también hay estados posindustriales como Michigan y un poco ese triángulo entre Pensilvania posindustrial y el oeste es donde realmente se juega la presidencia de Estados Unidos por el peculiar sistema electoral", añade Pedro Rodríguez.