Miguel Ángel Domínguez, experto en ciberseguridad y presidente de Alastria Blockchain, ha avisado en 'Sábado Clave' sobre el peligro existente después de los ataques en el Líbano, realizados con unos walkie talkies convertidos en dispositivos bomba.
"Es preocupante. Estamos ante un cambio de paradigma de seguridad. Antes todo tenía que ver con una persona y un dispositivo, pero por primera vez alguien ha intervenido en la cadena de suministros y de fabricación", cuenta.
Y explica: "Lo que hicieron fue ir a la fábrica, darles una pieza normal que hace indicar que se ha montado así. Como un plástico normal, que era un explosivo".
"Nadie sabe si su dispositivo ha sido hackeado"
Eso lo lleva a la vida cotidiana de las personas: "Ya nadie sabe si el dispositivo que llevamos en el bolsillo ha sido hackeado previamente o no".
Algo que puede cambiar todo, como los protocolos de seguridad en los aviones: "Tendrán que buscar ese tipo de explosivos. Nadie sabe si lleva algo que hace dos años le implantaron un explosivo que puede hacer que salga por los aires".
"Todos los dispositivos tienden a estar conectados"
"Ahora todos los dispositivos tienden a estar conectados a Internet. Es más cómodo. Desde el móvil subes y bajas la temperatura, y si los malos hackean todas las calefacciones de una marca... y si llevas eso a los coches eléctricos que ya llevan una batería potencialmente peligrosas. Se diseñan para que se enfríen y no se sobrecalienten. Se hackean para que no se pare. Algo cotidiano se convierte en algo más peligroso", prosigue.
Los móviles, bajo la lupa: "Tienen que calentar mucho esa batería de litio para que arde. ¿Se puede hackear? Sí, cualquier dispositivo es potencialmente hackeable. Confiemos en que quien desarrolle esos dispositivos tengan protocolos de seguridad que hagan que no tengamos una bomba en el bolsillo".
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