Estrés, falta de motivación, salario estancado, imposibilidad de ascender, expectativas sin cumplir. Este es el conjunto de fósforos que avivan el síndrome del trabajador quemado, provocando agotamiento mental y físico, cinismo y una clara disminución del rendimiento profesional. En España, dos de cada cinco trabajadores lo sufren.
¿Un problema en el sistema?