ALBERTO CHICOTE EN TE LO VAS A COMER
Alberto Chicote analiza en ¿Te lo vas a comer? la comida de los mayores
Macarrones sin salsa, ternera dura, pescado en malas condiciones: son solo algunos de los platos que les llegan a las personas dependientes de servicio de comida a domicilio. Alberto Chicote viajó hasta Málaga en el programa de ¿Te lo vas a comer? emitido ayer. Carmen y Rafi, las hijas de una anciana dependiente del servicio, le enseñaron algunas imágenes de lo que contenían los táperes que recibían por parte de algunas empresas de catering a domicilio.
En el capítulo de ayer de ¿Te lo vas a comer? analizábamos cómo es la comida que sirven a los mayores en las residencias de ancianos públicas de la Comunidad de Madrid. En este vídeo comprobamos el estado de los alimentos de una residencia pública situada en Ensanche de Vallecas, Madrid. Varias de las cocineras del centro nos alertan de que el fiambre está en pésimas condiciones, hay falta de verduras para completar los menús y los métodos que usan para descongelar el pescado puede deteriorar su nivel nutricional.
Llevan tiempo denunciando la falta de calidad en el servicio y en el programa de ayer nos enseñaron las fotos que han ido tomando entre los fogones de la residencia. A Alberto Chicote se le pusieron los pelos de punta al ver las imágenes.
Para cerrar el círculo, sin haber podido contactar con la Comunidad de Madrid, nos reunimos con un cocinero de una de las residencias gestionadas por Aralia.
"Tenemos pescado de género bueno, y la carne igual. Tenemos merluza, tilapia, limanda, de todo", explica el cocinero. "Para cocinar estamos yo y un pinche y hacemos dos platos de primero y otros dos de segundos", añade.
Nos revela que solo dos personas elaboran la comida para más de 200 residentes, pero no quiere detallar cual es el menú que han servido ese día.
Las que sí se han puesto en contacto con nosotros son unas mujeres que tienen a sus familiares que en varias residencias gestionadas por Aralia.
"Mi madre ha adelgazado 10 kilos en ocho meses. Ya no camina y la dejan sentada todo el tiempo. Me dijo una de las enfermeras que trajera yo la comida con nutrientes", cuenta una de ellas.
"Esto es un campo de exterminio sin cámara de gas", afirma otra de ellas, quien ha puesto una denuncia a la Comunidad de Madrid y una queja en el Defensor del Pueblo. "Los perros son mejor tratados que los abuelos", sentencian.
Volvemos a Madrid para seguir nuestra investigación sobre las residencias públicas de la comunidad que gestiona la empresa privada Aralia.
El responsable último es la Comunidad de Madrid y, hasta el momento, la única respuesta que hemos recibido es que declinan la invitación para participar en el programa.
Para llegar al fondo de todo este asunto, entrevistamos al delegado del Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga, Raúl Jiménez.
"Nosotros controlamos un paquete global, que es la ayuda a domicilio. Estas empresas que lo llevan a cabo contratan, a su vez, a otra empresa de catering", explica. El delegado del consistorio afirma que los propios usuarios han mostrado "satisfacción" por el servicio. Chicote le enseña algunas de las denuncias de los usuarios y Jiménez argumenta: "Nosotros no hemos recibido ninguna queja, ni tenemos constancia de ellas".
Sospechamos que las empresas del servicio a domicilio no comunican estas incidencias al Consistorio. "He pasado días muy malos, de caerme las lágrimas al ver los táperes y la comida que llega a casa de esta gente", relata Chicote durante la reunión.
Los usuarios o familiares de personas dependientes del servicio de comida a domicilio no tienen relación directa con la empresa que prepara la comida.
Cuando tienen alguna queja tienen que presentarla ante la empresa que les corresponde de ayuda a domicilio.
Para entender cómo es el proceso, nos presentamos en una de las plantas de Serunion, una empresa de restauración que reparte comida por toda España. Allí nos ponen trabas para poder entrar y poder ver con nuestros propios ojos la elaboración de la comida. Un empleado nos cuenta que allí no fabrican la comida que se reparte a domicilio, negando la información que trae el envase.
Ya de vuelta en la casa de Miguel, conocemos a Dora, su madre, y a Eva, la asistenta a domicilio. "Lo que hago es coger el táper que le llega y lo desmenuzo para que se lo pueda comer", explica.
"Muchas veces viene plastoso, lo cojo y lo meto en el microondas. Está seco y no sabe a nada", cuenta. "La situación es triste, y el plato mucho más triste", comenta Chicote.
Antes de poder conocer a la madre de Miguel, nos desplazamos a otra vivienda del barrio para conocer a Carmen y a Rafi, dos hermanas cuya madre es dependiente del servicio de asistencia a domicilio.
Antes recibían esta comida, pero decidieron prescindir del servicio. "Lo que venía en el menú no tenía nada que ver con lo que llegaba en las bandejas", cuentan.
Nos enseñan algunas fotos de las bandejas que llegaban y comprobamos que la calidad deja mucho que desear. "Macarrones sin salsa y pescado de mala calidad sin nutrientes", advierte Alberto Chicote.
Nos ponemos manos a la obra y comprobamos la comida que nos ha llegado: Crema de calabacín, jamón con patatas y abadejo en salsa. "Yo he probado la comida y mucha la tiramos", explica Miguel. "Mi madre no se la puede comer", añade.
En Málaga, el Ayuntamiento gestiona el servicio de ayuda a domicilio a través de empresas privadas de servicios. Estas empresas contratan, a su vez, a otras empresas de restauración para elaborar la comida.
Quedamos con Miguel, su madre tiene reconocido el servicio de ayuda a domicilio y, desde hace tres años, recibe táperes con comida. La entrega se hace tres veces a la semana.
Para ver de cerca cómo es este servicio, acudimos a la casa de María, quien depende de la asistencia a domicilio del Ayuntamiento de Jerez y la acompañamos, junto a la asistente, a hacer la compra.
"En los cursos nos asesoran de lo que tenemos que preparar y el resto es nuestra experiencia", explica Sofía Espinosa, asistente a domicilio y cuidadora de María.
Otra realidad que afecta a miles de ancianos en nuestro país es la necesidad de servicios de ayuda a domicilio.
Carmen Salgado, teniente de alcaldesa de Jerez de la Frontera, explica que 1.300 personas dependen de la asistencia a domicilio que ofrece el Ayuntamiento en la ciudad.
Los familiares de una interna de la residencia pública de ancianos de Ensanche de Vallecas: "Hemos puesto denuncias a la Comunidad de Madrid y nos dicen que todo está correcto y que las comidas son buenas".
Juan Revenga nos desvela un secreto sobre su carrera: "Yo trabajé una semana en una residencia de ancianos al principio de mi carrera profesional. Duré una semana. Dije que ese menú no lo firmaba y me fui". Señala que esto "es más un negocio que un servicio público de salud".
Tras el rechazo de la Comunidad de Madrid de hablar sobre la alimentación de los mayores en las residencias, nos trasladamos a Zaragoza. Hemos dado con un nutricionista que nos ayudará a analizar el menú que nos han facilitado las cocineras que trabajan en una residencia pública de Madrid, gestionada por la empresa privada Aralia.
"La variedad es muy pequeña y llama la atención la pésima calidad nutricional de los desayunos y las meriendas", señala Juan Revenga, nutricionista.
Quedamos con el jefe de Geriatría del Hospital Ramón y Cajal para hablar sobre la relación directa que hay detrás del estado de salud de una persona mayor y su alimentación, pero a unas horas de la reunión, nos avisan de que cancelan la entrevista.
Todos los menús que se elaboran en una residencia pública de la Comunidad de Madrid tienen que estar supervisados por un médico o un nutricionista y verificados por un técnico de la comunidad.
Tras escuchar unas declaraciones que ponen los pelos de punta y de analizar las grabaciones e imágenes del estado de la comida de esta residencia de Vallecas, acudimos a los servicios de la Comunidad de Madrid.
Hablamos con Juan Julián Fernández, jefe de estudios de la escuela de Hostelería y Turismo de Madrid.
Nos cuenta que la forma en la que se descongela el pescado en ese centro hace que se pierdan todos los nutrientes. "Están comiendo paja", sentencia.
Inés García (Cocinera): "Me gusta el trabajo que hacemos. Si contar esto nos cuesta el puesto, es posible. Pero esto ya clama el cielo, porque se lo hemos dicho a todo el mundo y no nos hacen caso".
Una cocinera relata cómo es su día a día entre los fogones del centro. Cuenta que en una ocasión solo disponía de nueve calabacines para dar de comer a más de 75 personas. "No había ninguno más".
Muestran grabaciones de cómo es la calidad del servicio y comprobamos en algunas imágenes el estado del fiambre. "Son entremeses de malísima calidad", apunta. También explica cómo descongelan el pescado, que también es de mala calidad, metiéndolo al horno.
En la Comunidad de Madrid hay 41 residencias de ancianos públicas. De ellas, 23 tienen una gestión directa de los servicios comunitarios y 18 cuentan con una gestión privada.
Aralia gestiona hasta cuatro residencias públicas en la Comunidad de Madrid. Hablamos con dos cocineras de uno de sus centros, situado en Ensanche de Vallecas.
En España viven cerca de siete millones de personas de entre 70 y 100 años. Una buena alimentación es fundamental para que las personas mayores tengan una buena calidad de vida. ¿Quién vigila lo que comen las personas mayores en una residencia de ancianos? ¿Están bien alimentados nuestros mayores?
En el programa de ¿Te lo vas a comer? de hoy nos adentramos en las cocinas de diferentes residencias de ancianos para comprobarlo. Arrancamos.