Alberto Chicote se traslada hasta Oviedo, a las puertas del HUCA, el Hospital Universitario Central de Asturias. Un hospital a las afueras de la ciudad donde las opciones de sentarse a comer al medio día son muy limitadas. Las personas que tienen a un familiar ingresado están condenadas a comer el menú del día de la cafetería del hospital.

Allí, Alberto Chicote habla con un grupo de familiares que están muy indignados tanto por la calidad de la comida que se ofrece como de la higiene de la cafetería. Afirman que en el menú, que cuesta 8,90 euros, siempre se sirve lo mismo. "El pescado hemos tenido que mirar en Google cuál era", afirma una mujer, que destaca que lleva días comiendo solo pinchos de tortilla de patata porque es lo más decente que encuentra.

Pero no solo critican la calidad de la comida, también la limpieza. "Hay que coger las bandejas, que suelen estar sucias siempre, los cubiertos...", lamentan las mujeres. Una de ellas explica que a su hijo le han tenido que cambiar de plato hasta tres veces en una comida porque estaban sucios mientras que otra, directamente, cuenta cómo encontraron una cucaracha debajo de la mesa: "Estaba subiendo por el playero de la mujer".

"Lo que se tolera aquí no se toleraría en otros sitios", insisten las mujeres. El servicio de cafetería de este hospital está bajo responsabilidad de la empresa pública Gispasa, pero la gestión directa la hace una empresa privada de restauración colectiva, Serunion.