"Este yate en los años 80 salía más en el HOLA que la Preysler", comentó entusiasmada la actriz, Pepa Rus, al recordar la era dorada de esta embarcación legendaria. Conocido por inspirar una canción de Queen y aparecer en la película de James Bond 'Nunca digas nunca', el yate ha dejado una marca indeleble en la cultura pop y en la historia del lujo.
El megayate, con una impresionante eslora de 86 metros y cinco cubiertas, ofrece un lujo sin igual. Diseñado para albergar hasta 30 miembros de tripulación y 22 invitados, sus instalaciones son equiparables a las de un verdadero palacio flotante. Entre sus comodidades destacan camarotes de lujo, piscina, discoteca, cine e incluso un helipuerto para llegadas espectaculares.
Por otra parte, la actriz reveló que el yate tenía un valor de 92 millones de euros, una cifra astronómica incluso para los estándares de la década de los 80.
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Además de su opulencia, el yate también es famoso por sus provisiones de emergencia. "Tiene congeladores llenos de comida para tres meses, suficientes para alimentar a más de 100 personas", reveló la actriz, subrayando el nivel de detalle y preparación que caracterizaba al emblemático navío.