Los nuevos fármacos que 'hackean' el hambre son "un tres en uno", afirma Boticaria García, porque, además de estimular la producción de insulina, pues inicialmente se usaron para personas con diabetes, estos péptidos del hambre actúan en dos zonas claves: en el cerebro, disminuyendo el apetito, y en el estómago, enlenteciendo el vaciamiento gástrico, lo que provoca una sensación de plenitud durante más tiempo.
Aunque, no solo sirven para adelgazar, ya que "los efectos de estos fármacos tienden al infinito, hay mucho que investigar aún pero cualquiera podría pensar que estamos ante la píldora mágica que todo lo cura", comenta la experta, pues mejora la función cerebral, cardiovascular, muscular, ósea, renal, quita el hambre y hace que se quemen más calorías.
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Sin embargo, algunas personas los utilizan para quitarse unos kilos de más, lo que puede conllevar riesgos. Boticaria señala que es imprescindible que el fármaco se acompañe de un plan individual, puesto que no es un fármaco para adelgazar, sino para acompañar en un plan nutricional, de ejercicio, terapia psicológica para que la pérdida de peso sea sostenible. "No son fármacos para compensar excesos navideños, ni para quitarte cuatro kilos en la operación bikini", aclara, y advierte que el mayor riesgo si se usa para ese fin es que también se pierde masa muscular, lo que causaría un efecto rebote. "Es pan para hoy y hambre para mañana", asegura.