Estos premios para los medallistas olímpicos varían desde recompensas materiales hasta beneficios extraordinarios, reflejando la creatividad y el valor que diferentes culturas atribuyen a sus campeones.

Las campeonas del oro olímpico en bádminton en los Juegos de Tokio 2020, las atletas indonesias, recibieron un premio verdaderamente notable. Como recompensa por su victoria, se les obsequiaron cinco vacas, una parcela de tierra, una vivienda y tres kilos de oro.

En contraste, en Hong Kong, las esgrimistas que ganaron el oro en los Juegos Olímpicos de París 2024 fueron galardonadas con un premio menos tangible pero igualmente significativo: abonos de metro de por vida.

Malasia, por su parte, ofrece premios impresionantes a los ganadores de medallas de oro. Los atletas que logran la máxima distinción en los Juegos Olímpicos reciben un coche, un apartamento y entrega gratuita de comida a domicilio.

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