Mark MacGann. Ese es el nombre de la fuente detrás de la filtración de más de 124.000 documentos que ha conformado la investigación de los Uber Files, la persona que lideraba las presiones de Uber para introducirse en Europa, África y Oriente Medio. Trabajó en la compañía entre 2014 y 2016, supervisando las acciones de la compañía en más de 40 países. Ahora, MacGann decide romper su silencio en The Guardian con el objetivo de "corregir" esas acciones de presión para que Uber entrase en mercados de formas poco convencionales.
MacGann explica en el diario británico sus funciones en la compañía, que se basaban en lograr que "entrase en el mercado" para, después, "crecer", aunque en muchos casos las leyes "no permitiesen" operar a Uber. "El mantra que la gente repetía en cada oficina era el mantra de los jefes: no pidas permiso, lánzalo, pelea, recluta conductores, sal a la calle, haz el marketing y rápidamente la gente despertará y verá lo genial que es Uber", explica.
Sobre la frase del fundador de la plataforma, Travis Kalanick, que afirmó que "la violencia garantiza el éxito", MacGann opina que para crecer como Uber deseaba era necesario "mantener la lucha y la controversia candentes", lo que significaba ver a conductores "bloquear Barcelona, Berlín o París". "Claro que es peligroso", añade. En ese momento de tensión, MacGann habla de los insultos que comenzó a recibir, lo que le llevó a tener protección siempre que salía de su casa.
Fue por esa sensación de inseguridad por lo que acabó dimitiendo. "Lo que estoy haciendo no es fácil, pero creo que es lo correcto", opina. MacGann se ve "responsable" por la situación que pueden estar viviendo los conductores de la plataforma a día de hoy, insistiendo en que ahora su intención es "hacer lo correcto". "Si al persuadir gobiernos, ministros, primeros ministros, presidentes y conductores cometí algo horriblemente equivocado y falso, creo que es de recibo que mire hacia atrás y diga: 'Cometimos un error'", confiesa.
Desde Uber han respondido ya a la filtración de MacGann: "Entendemos que Mark se arrepiente personalmente de esos años de lealtad inquebrantable a nuestro anterior equipo de dirección, pero la verdad es que no puede hablar con conocimiento de causa sobre Uber en la actualidad". En este sentido, han señalado que el exejecutivo "solo tuvo buenas palabras para Uber cuando dejó la empresa hace seis años", y han precisado: "En su email de despedida en 2016, llamó a Uber 'la empresa de esta generación' y se describió a sí mismo como 'un firme creyente en la misión de Uber'".
"Sin embargo, desde entonces, Mark ha estado en litigios contra la empresa en un intento, entre otras cosas, de recibir una compensación por su trabajo en Uber que afirmaba se le debía", ha denunciado la compañía, que ha destacado en este mismo comunicado que "esa demanda concluyó recientemente con el pago a Mark de 550.000 euros". Y creen que "es digno de mención que Mark no sintió la necesidad de filtrar estos documentos hasta que cobró el cheque".