"Por la calle todavía me paran y me llaman Cristina o Veneno. Necesitaba explicar quién es Daniela Santiago, mi vida es muy diferente a la de Cristina". Así explica Daniela el encasillamiento al que le ha llevado encarnar a un icono trans tan popular como La Veneno.
Protagonizar la serie dirigida por Los Javis le permitió demostrar su pulido talento como actriz, ganando incluso el Premio Ondas a la Mejor Interpretación Femenina 2020. "A mí me ha tocado interpretar un papel desde pequeña", nos confiesa con toda la tranquilidad que emana quien tiene asumido lo que le ha tocado vivir.
"Me ha tocado interpretar un papel desde pequeña"
Eternamente agradecida a la oportunidad de protagonizar esa serie, siente a su vez que ha llegado el momento de separase de ella y contar su historia.
'Mi pequeño mundo'
De ahí nace 'Mi pequeño mundo', cuya cubierta es una explícita metáfora de lo que encontramos entre sus páginas: una verdad desnuda. "No es fácil abrirte y más cuando tienes una vida en la que has tenido que pasar por muchos altibajos. Cuando todo eso lo empiezas a hablar con alguien y a escribir es cuando te empiezas a dar cuenta de lo que ha sido tu vida y de lo que eres tú". Un ejercicio de introspección que ahora comparte con todos y con todas.
El título de la obra es su forma de homenajear a su difunto tío materno, Pepe, quien regentaba un restaurante en la costa malagueña llamado así, 'Mi pequeño mundo'. Ese lugar representaba para él un refugio, su espacio para ser libremente homosexual. Su ejemplo y dignidad hizo que Daniela creciese con un referente y en una familia que abrazaba la diversidad. "Yo he tenido la suerte de tener una familia muy empática con este tema, lo ha entendido todo siempre muy bien, a la primera. Todo eso se lo debo a él".
"Para mí era crucial operarme. Mi físico me hacía daño"
Pero las experiencias que ha vivido fuera de su entorno familiar, abierto y tolerante, han sido en demasiadas ocasiones muy diferentes, cargadas de discriminación, incomprensión, miedo y odio. El propio proceso de cambiar de sexo conlleva enormes costes -a nivel económico, psicológico, emocional y burocrático- y numerosas humillaciones.
A cambio de pasar por esos trámites, Daniela obtuvo la felicidad tan única que se siente cuando te identificas no solo con lo que sientes y piensas, sino también con lo que físicamente eres. "La primera vez que me vi desnuda y pude tocarme y reconocerme como lo que siempre tuve en mi cabeza que era 'Daniela', fue el momento más bonito de mi vida. Para mí era crucial operarme. Mi físico me hacía daño". El libro activa la toma de conciencia del privilegio que es nacer en simbiosis con tu alma, tu mente y tu cuerpo.
Derechos LGTBI
El recorrido por su vida es una retrospectiva también a la España de los años 90 y su forma de tratar la transexualidad. Los tiempos han avanzado y la comunidad LGTBIQ+ ha logrado derechos, visibilidad y respeto, pero ni a partes iguales, ni a todos ni a todas por igual.
Entre todas las causas que quedan por mejorar a favor del colectivo trans, Daniela destaca una tan imprescindible como cotidiana: "Que se nos dé empleo. Que se nos dé una inclusión laboral real. Ser trans no es una moda, es una cosa muy seria por la que hay muchísimas personas que sufren a diario, que todavía se tienen que prostituir para sobrevivir y que necesitan oportunidades. Oportunidades laborales que no tienen".
"Ser trans no es una moda"
Varias polémicas han rodeado también la transexualidad femenina estos últimos años. Cuando le preguntamos por ello, su mensaje es de inclusión absoluta: "Yo he tenido que luchar mucho y hacer mucho para tener una vagina entre mis piernas, y eso no me define como mujer. Porque ya era mujer antes de tenerla". Ser mujer es, para ella, una condición con la que una nace, independientemente del cuerpo en el que se encuentre.
Firmamento de metas
Sobre los sueños que ha conseguido en los últimos años destaca también haber trabajado con Pedro Almodóvar en 'Madres paralelas'. "¿Quién no sueña con ser chica Almodóvar? Todas soñamos con serlo", cuenta. Ella quiere seguir aspirando a más, su ambición es tan sana como expansiva. "Siempre he disparado muy alto y todavía sigo mirando a las estrellas. A ver...", dice, mientras sonríe ilusionada y se encoge de hombros confiando en el azaroso futuro.
"Siempre he disparado muy alto y todavía sigo mirando a las estrellas"
De ahí que el libro tenga también un carácter optimista, empoderado y muy esperanzador: "Hay muchísimas mujeres trans que necesitan leer historias de mujeres reales que hemos pasado por dificultades, que nunca hemos dejado de soñar y que hemos conseguido nuestros sueños".
La historia de Eva Vildosola
Al igual que Daniela, Eva Vildosola tuvo que luchar mucho por ser mujer. Como nos contó en el siguiente vídeo, "se sentía apartada, todo el mundo la veía como un monstruo".