"Juan se ha pasado mucho por aquí y siempre nos ha ayudado", dice María Ángeles, librera en Sin Tarima, en Madrid.
En cuanto entra por la puerta, la saluda cariñosamente. Hemos quedado aquí con él, con Juan Gómez-Jurado, que enseguida se pone a deambular por la librería, a sacar libros de las estanterías, a ojearlos. "¡Mira, la nueva edición de Jekyll y el señor Hyde que me va a regalar María Ángeles!", grita bromeando con la obra en las manos, un libro grande ilustrado.
"No puedo decir cuántos libros van a componer el universo Reina Roja"
Se siente como en casa. Y no para, está en constante movimiento, hablando, soltando chascarrillos. Hasta que empezamos la entrevista: "No te puedo decir cuántos libros van a componer el universo Reina Roja", cuenta, sonriendo, tras la primera pregunta. "Pero vamos a explicar qué es exactamente, porque durante mucho tiempo hemos intentado mantener el secreto, pero ya no queda más remedio que contarlo".
Un universo en el que pocos creyeron
"Es una serie de historias independientes pero conectadas entre sí", comienza el escritor, claramente acostumbrado a ponerse frente a una cámara. "Si las lees una a una te lo pasas muy bien, pero si empiezas a leer más de una empiezas a descubrir las conexiones entre los libros y te das cuenta de que todo forma parte de un puzle muy grande. Así que, en relación calidad-precio salgo estupendamente bien", dice riéndose.
El último de la saga es Todo vuelve. Antes vinieron Todo arde, Rey Blanco, Loba Negra, Reina Roja (estos tres últimos conforman una trilogía), Cicatriz y El paciente. Todos forman parte del universo en el que lleva trabajando 15 años. "Tengo una idea de hacia dónde estoy caminando. Hay un plan. Nada de lo que sucede es casualidad. Pero es un plan que está abierto".
"No queríamos vender novelas al público, queríamos venderlas una a una"
Hoy sus libros vendidos se cuentan por millones, pero al principio fueron pocos los que creyeron en su proyecto. "Cuando se lo contamos a los jefes de mi editora, Carmen Romero, dijeron que nunca iba funcionar. Que la gente no iba a mantener la atención, que estaba complicando mucho las cosas, que el público no se comporta así", recuerda. "Y dijimos: Ya, pero es que nosotros no queremos venderle las novelas al público, queremos venderlas una a una". El tiempo les ha dado la razón: "Hay que confiar en la inteligencia del lector, confiar en que va a ser capaz de atar los cabos solo".
Y han sido ellos, los lectores, los que le han convertido, en 2022, en el autor más leído en lengua española en todo el mundo.
La importancia de los lectores
Pocos escritores tienen una relación tan cercana con sus lectores. En el caso de Juan Gómez-Jurado, son casi feligreses. "Nos comunicamos a través de los libros y a través de su construcción. Yo solo escribo la mitad del libro, la otra mitad la escribe la otra persona", dice el autor, que responde a través de Twitter a todos los mensajes que puede. Como hizo con Manuela, adicta a sus novelas, en el siguiente tuit:
La relación que existe entre ambas partes es tan cercana que en ocasiones le hacen peticiones muy personales. "Un día me escribió un chico para contarme que su madre no se encontraba bien, que no le quedaba mucho tiempo y que probablemente no llegaría al lanzamiento de Rey Blanco, recuerda. "Y le llamé por teléfono. Le conté cómo iba a acabar esa aventura para que ella se pudiera quedar contenta. Estuvimos una hora charlando. Le expliqué muchas ideas que tenía para el futuro, algunas de ella se han cumplido, otras no, pero ese día sentí una gran responsabilidad".
Esa responsabilidad se traduce también en los libros electrónicos que regala a quienes no pueden permitirse comprarlos: "Un millón de libros hemos regalado", asegura. "¿Por qué? Porque esa es la mayor responsabilidad que tengo: comunicar el amor por los libros".
Compromiso por la lectura
"En realidad mi trabajo es que la gente lea y se lo pase bien leyendo", asegura el escritor madrileño. "Si tú amas los libros eres amigos mío. Aunque no me leas a mí".
Juan Gómez-Jurado hace una fuerte defensa de la literatura considerada más comercial. La literatura de género que él hace, y con mucho orgullo. "La única regla que tiene un lector es no hacer de menos lo que leen los demás. Ni siquiera hacer de menos lo que lee uno mismo. No hay que tener culpabilidad", considera el autor, que ve en novelas como las suyas un puente a otras obras más complejas.
"Un lector no debe hacer de menos lo que leen los demás"
"A lo mejor no es tan sencillo acercarse a La fiesta del Chivo o a Miguel Ángel Asturias y lo que necesitas es hacerlo a través de Astérix o de Tintín. Lo que no puedes hacer es coger a un chaval de 15 años y tirarle a la cabeza Cien años de soledad. Aunque lo lea y lo disfrute, no va a ser la norma".
El superventas que odia escribir
Además del universo Reina Roja, Juan Gómez-Jurado publica novelas juveniles, tanto en solitario (la serie Alex Colt), como acompañado de la escritora Bárbara Montes (la serie Amanda Black). Y, sin embargo, asegura que "odia profundamente escribir".
"Si un escritor te dice que le gusta muchísimo escribir te está mintiendo a la cara. O simplemente está rescatando un instante fugacísimo que está ocurriendo entre un montón de esfuerzo". Tras un breve silencio, continúa: "Lo que ama el escritor es leer. Y lo que le gustaría es que la historia ya estuviera escrita y publicada en la librería. Pero nadie quiere bajar a la mina a picar carbón hasta que en mitad de una veta aparece un diamante".
"Para escribir hay que estar completamente tarado"
Pero a pesar del "dolor" que dice sufrir cuando escribe y del miedo que siente ante cada frase ("pienso que ya no me van a leer nunca más", dice), hay Gómez-Jurado para rato. "Es mi combustible y mi carga al mismo tiempo. ¡Y está guay!", exclama con una sonrisa.
"Para escribir hay que estar completamente tarado. Lo que pasa es que hay una insensatez provocada por el optimismo que siempre se impone. Al final eres una cucaracha saltando a un barril lleno de insecticida. Saltas a la piscina sin saber si va a haber agua, o a veces escupiendo para que haya mientras bajas. Pero esa insensatez y ese optimismo es lo que nos impulsa".