Kaliane Bradley

Traductora: Eugenia Vázquez Nacarino

Editorial: Salamandra

Año de publicación original: 2024

Si buscas en Google a Graham Gore verás, lo primero de todo, una especie de daguerrotipo antiguo en el que se ve a un hombre con uniforme militar, cruzado de brazos, mirando hacia su derecha, con aspecto y gesto de caballero serio y agotado. Es una imagen inspiradora, la verdad.

Graham Gore ha saltado por los túneles del tiempo hasta protagonizar una exitosa novela en el primer cuarto de siglo XXI

Quizás por eso Graham Gore ha saltado por los túneles del tiempo hasta protagonizar una exitosa novela en el primer cuarto de siglo XXI. Él es uno de los "expatriados", como los denominan en el Departamento secreto de un nuevo Ministerio del Gobierno Británico. el Ministerio que se encarga de los viajeros temporales.

En total son cinco, traídos de diferentes puntos del tiempo. Cinco personas que, como Graham Gore, estaba a punto de morir cuando fueron cazados a través de un portal temporal. Pruebas que hacen para ver si un cuerpo humano es capaz de saltarse varios siglos y vivir para contarlo. Y así, si fallan, la muerte habría sido, de todos modos, el resultado final.

Un explorador del polo norte

Graham Gore formó parte de la expedición perdida de Franklin, que partió de Inglaterra en 1845. Una aventura que buscaba el paso del Noroeste, es decir, la ruta marítima que une por el norte el océano Atlántico con el Pacífico, bordeando el Ártico. En total, 129 personas murieron al encallar sus barcos en el hielo y tener que sobrevivir allí durante dos inviernos.

Pues ahora imagina que uno de aquellos oficiales, experimentado marino, un tipo duro curtido en mil batallas, hombre de mundo, desaparece del hielo, con principios de congelación y neumonía, y aparece en pleno siglo XXI.

Un salto de esa magnitud necesita de mucha ayuda médica, psicológica y emocional. Y no es el peor salto. Uno de los cinco expatriados es rescatado en plena batalla del Somme, en la Primera Guerra Mundial. Y otra en la Revolución Francesa, a punto de ser pasada por la guillotina.

Para limitar el daño, tras unas semanas ingresados en un hospital, a todos ellos se les asigna un "puente". Un trabajador del Ministerio, que convivirá al menos un año con cada uno de ellos para facilitarles la integración en la nueva realidad. Una realidad en la que hay electricidad, agua corriente, supermercados, incorporación de la mujer en el trabajo y donde las colonias y la supremacía racial ha quedado atrás.

Puentes sobre la historia

La narradora de la historia es una de esos puentes. Alter ego de la propia Kaliane Bradley, ella también es anglocamboyana, con una madre superviviente de la matanza de los Jemeres Rojos y un aspecto lejos de lo que alguien imagina cuando te dicen que es anglocamboyana.

La relación entre viajero y puente pasa lentamente de lo estrictamente profesional a las confidencias y al afecto

Desde su punto de vista contemplamos la adaptación de un explorador polar del siglo XIX a un mundo que no conoce ni entiende. Y somos testigos de cómo su relación pasa lentamente de lo estrictamente profesional a las confidencias y al afecto. Y se va todavía más allá.

Porque cuando sean conscientes de que en este proyecto secreto hay algo más que unos simples viajeros seleccionados sino un peligroso entramado sobre las dinámicas de poder en el que espías y traiciones tienen mucho que decir, la protagonista tendrá que decidir de qué parte de la historia está.

La polémica de viajar en el tiempo

La publicación de este libro en España no viene exenta de polémica. Hace un año, la BBC anunció que compraba los derechos de la historia (antes de que se publicara allí) para hacer una serie. El título de la misma iba a ser el mismo que la novela original, 'El Ministerio del Tiempo'.

Kaliane Bradley aseguró que jamás había visto la serie española y que la coincidencia en el nombre era una "desafortunada consecuencia"

Por supuesto, eso indignó a los directivos de RTVE, que denunciaron que nadie les había pedido los derechos de su serie. Tuvo que salir la propia Kaliane Bradley para asegurar que ella jamás había visto la producción española y que la coincidencia en el nombre no era más que una "desafortunada consecuencia".

Polémicas aparte, está claro que el detalle de que haya en ambas historias un Ministerio encargado de cuidar de unos viajeros del tiempo es muy llamativo. Si bien las tramas no tienen nada que ver, porque van en direcciones opuestas (la serie de RTVE hacia el pasado, la novela de Bradley, hacia el futuro), está claro que hay coincidencias llamativas.

'Un puente sobre el tiempo' ha sido la ópera prima más vendida en 2024 en Estados Unidos y en Reino Unido.

En cualquier caso, no es la primera historia que se hace sobre viajes temporales, ni será la única. Y lo único importante para nosotros es que Un puente sobre el tiempo, el afortunado título que le ha dado la editorial Salamandra a la versión en castellano, ha sido la ópera prima más vendida en 2024 en Estados Unidos y en Reino Unido.

Y es que esta es una novela tremendamente entretenida, donde los géneros se diluyen y las páginas pasan a toda velocidad y donde pasado, presente y futuro se mezclan para crear un cóctel de fácil ingesta y prolongada digestión.

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