William Mulligan
Traductora: Ana Pedrero
Editorial: Paidós
Año de publicación original: 2024
Puede que aún no lo sepan y realmente sean estoicos. Puede que hayan compartido alguna de las Meditacionesde Marco Aurelio que proliferan en las redes sociales en los últimos años, que su cuñado les haya hablado de las bondades de la filosofía de Zenón de Citio o que en su empresa hayan colgado un cartel con un eslogan extraído de una obra escrita hace 2.300 años.
Es por eso mismo por lo que William Mulligan se lanzó a la creación de su propia marca: The Everyday Stoic. Traducido como 'estoicismo para el día a día', desde sus cuentas en redes sociales proporciona sabiduría que bebe, no solo del estoicismo griego, sino también de una miríada de filosofías orientales y referencias a libros de autoayuda que ha arrasado entre su millón de seguidores.
Ahora, en Ser un estoico termina de apuntalar este éxito con una guía plagada de consejos inspirados en esta doctrina de pensamiento.
El estoicismo como el rascar
Todo es empezar. Para ser estoico no hace falta mucho más, o al menos eso resume el propio Mulligan en su introducción: "Basta empezar a practicarlo para llevar una vida más agradable". A Zenón de Citio le costó algo más. Fue un naufragio, en el que perdió todas sus posesiones, el que le dio la primera prueba de que debía dejar de preocuparse por cuestiones que no estaba en su mano controlar.
Dicha filosofía coincidió en el tiempo con el declive de la Antigua Grecia y el advenimiento del cristianismo. La religión tomó su buena dosis de los que los estoicos prodigaban en los mercados de las ciudades griegas y el resto es historia. Una historia tan circular como monótona y para la que Mulligan tiene munición suficiente, trayendo al futuro enseñanzas milenarias.
Podríamos resumir el estoicismo como desechar lo que no controlamos, buscar el bienestar y renunciar a los placeres simples
Podríamos resumir estas ideas en aprender a desechar aquello que no controlamos, enfocar nuestra vida hacia la búsqueda del bienestar y la renuncia a los placeres simples y vacuos. Para ello cuenta con una importante herramienta: la eudaimonia. Este concepto griego ha sido traducido de forma ligera como una suerte de "búsqueda de la felicidad". Una felicidad que no se encuentra en mundos más justos o ideales y que se contenta con un equilibrio personal e intransferible.
En definitiva, el estoicismo no generará sociedades más justas, pero hará de las injustas una experiencia más agradable para el usuario. Para los griegos este concepto de eudaimonia también iba asociado a la elección de un camino hacia dicha felicidad. Así se instigaba al individuo a sacar conclusiones propias y no caer en cultos, algo parecido a lo que le ocurrió a los primeros discípulos de Zenón, que se negaron a llamar zenonismo a la nueva doctrina que acababa de inventar y que otros querían replicar.
Las meditaciones de...
Mulligan añade al final de cada capítulo ejercicios simples, inspirados en la psicología conductual, para poder aplicar algunas de sus enseñanzas. Desde pensar en cosas negativas que nos han afectado y tratar que dejen de hacerlo, hasta escribir cosas que nos preocupan entre sus páginas con la esperanza de dejarlas atrás. Como bien mantiene su autor, cualquiera de nosotros puede ser estoico y, ahí radica su éxito.
Según William Mulligan, cualquiera de nosotros puede ser estoico, y ahí radica su éxito
En su página web encontramos camisetas con lemas estoicos que poder portar para recordarnos, con solo mirar hacia nuestro pecho, todo lo que hemos aprendido. Pero también calendarios sin separación de años o meses, que nos recuerdan "la naturaleza fugaz del tiempo", como reza la descripción de su catálogo.
Entre todos ellos destaca un diario en el que anotar nuestras propias meditaciones. Como unos Marco Aurelios, ahora sí, podemos practicar el estoicismo anotando y dejando constancia de las muchas cosas que esta doctrina puede darnos en un siglo XXI donde la emergencia climática o el ascenso de la ultraderecha nos arrastra en una tormenta de preocupación y ansiedad. Y recuerden que para ser estoicos, "basta con empezar a practicarlo para llevar una vida más agradable".
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