La dieta y el ejercicio físico son dos pilares fundamentales del estilo de vida saludable, más aún o también para los niños/as que tienen enfermedades reumáticas, porque estas enfermedades no son solo cosas de adultos: en España, las enfermedades reumáticas afectan a 1 de cada 1.000 niños y adolescentes, siendo la más común la Artritis Idiopática Juvenil (AIJ).

Desde la Sociedad Española de Reumatología (SER), aseguran que de acuerdo con las últimas directrices publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), "aumentar la actividad física, reducir el sedentarismo y garantizar un sueño de calidad para los niños/as mejorará su salud física y mental y su bienestar, y ayuda prevenir la obesidad infantil y las enfermedades asociadas a ella en etapas posteriores de la vida".

En el caso de los niños/as con enfermedades reumáticas llevar un estilo de vida saludable es indispensable. "Se ha demostrado que el ejercicio es el tratamiento no farmacológico, complementario al farmacológico, que contribuye a mejorar síntomas propios de las enfermedades reumáticas como la rigidez y el dolor articular, a lo que habría que sumar los beneficios psicosociales que tiene", explica la Dra. Estefanía Pardo, del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Central de Asturias.

Unas cuestiones que han sido ampliamente abordadas durante la Jornada de Reumachef, que ha celebrado la Fundación Española de Reumatología (FER), con la colaboración de la Sociedad Asturiana de Reumatología (SARE), para niños/as de entre 8 y 14 años con enfermedades reumáticas.

Porque es importante hacer hincapié en esto ya que "todavía está muy extendida la creencia de que estas patologías sólo afectan a personas adultas y se relacionan con el envejecimiento, sin embargo, ocurre lo contrario, la mayoría de ellas se manifiestan en personas jóvenes e incluso en la edad pediátrica", apunta por su parte la Dra. Ana Weruaga, especialista en Reumatología del Centro Médico en Oviedo.

"El mito de la edad es algo que debemos romper, al igual que el mal llamado 'reuma', ya que no existe una patología que se denomine así. Lo que existen son más de doscientas enfermedades reumáticas", aclara la doctora.

A este respecto, añade por su parte la doctora Pardo que dentro del abanico de las enfermedades reumáticas que padecen 1 de 1000 niños/as, más de la mitad de los afectadas siguen precisando tratamiento para el control de la actividad de su patología al llegar a la adolescencia y a la edad adulta.

La importancia de seguir una dieta saludable

Dentro de las enfermedades reumáticas hay un gran número de ellas que son enfermedades autoinmunes que se basan en procesos inflamatorios. Es por ello que en este sentido, "una alimentación saludable, como puede ser la dieta mediterránea, puede favorecer la calidad de vida de las personas que las sufren, y sobre todo evitar comorbilidades como sobrepeso, colesterol, diabetes o problemas cardiovasculares", apuntan las expertas.

Y por el contrario, "los productos ultraprocesados con alto contenido en azúcar, sal, grasas saturadas y/o grasas trans, provocan inflamación y oxidación en el organismo, pudiendo empeorar el curso de la enfermedad autoinmune y sus comorbilidades", afirma la Dra. Anahy Brandy, especialista del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario de Cabueñes, quien también ha participado en Reumachef.

"Sabemos que una nutrición subóptima afecta al estado general de salud, al crecimiento y, en las enfermedades reumáticas, al control y evolución de la enfermedad", afirma la experta. Por lo tanto, "debemos buscar una dieta sana que promueva el crecimiento y el desarrollo, y si es posible, nos ayude a reducir inflamación y sirva de soporte al sistema inmunológico".

Actualmente, no existe evidencia científica que avale el uso de dietas especiales ni restrictivas en niños con enfermedades reumáticas. De hecho, señalan las profesionales, que el Colegio Americano de Reumatología (American College of Rheumatology) recomienda seguir una dieta sana, equilibrada y adecuada a la edad, y desaconseja seguir regímenes especiales.

Igualmente, las especialistas también han insistido en la importancia de realizar "al menos una comida en familia", ya que son numerosos los estudios científicos que destacan los beneficios que esto tiene para su desarrollo durante la infancia y la adolescencia, así como el refuerzo positivo que supone en los vínculos afectivos.