Es inevitable que a puertas de la Navidad, nos acordemos de las personas que nos importan. De la gente que de verdad queremos. De nuestra familia y de nuestros amigos más queridos. Sobre todo de los que viven más lejos o los que hace tiempo que no vemos. Por la vida, los quehaceres, las obligaciones diarias y la falta de todo; y aunque no haya restricciones, por el lógico miedo al contagio, más ahora con Ómicron.
No hace falta tampoco que haya una pandemia o estados de alarma para que no ver a la gente que nos importa. Había vida también, antes del COVID. A veces es difícil cuadrar fechas y no por falta de ganas.
Pero lo importante en cualquier caso, es cuidar esas relaciones, mimarlas. Que sepan que estamos ahí. Que si les pasa algo, pueden contar con nosotros. Aunque es cierto que hay amistades tan fuertes que da igual el tiempo que pase: la complicidad sigue intacta. Como cuando pasaban y compartían la vida juntas. (Y afortunados quienes las tienen).
El ser humano es un ser social que necesita las relaciones para vivir. Necesitamos sentir, además, que formamos parte de un grupo. "Hay que partir de la base en que somos seres sociales. La naturaleza programó nuestro cerebro para que se relacionara con otras personas porque con ello aumentaba la probabilidad de supervivencia de la especie, de ahí la necesidad del ser humano por mantener un círculo social en el que se pueda sentir aceptado e integrado, lo contrario le genera un gran malestar", afirma a laSexta Genoveva Vera, psicóloga y docente del Máster en Inteligencia Emocional del Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP).
Se ha comprobado por tanto que "el apoyo social es fundamental para el bienestar de las personas. Pero no menos importante es la percepción que se tiene de este apoyo. Es decir, no siempre la cantidad significa calidad", añade.
El apoyo social es fundamental para el bienestar de las personas. Pero no menos importante es la percepción que se tiene de este apoyo: no siempre la cantidad significa calidad. Hay que huir de las relaciones tóxicas y proteger las que sí nos importan
Hay personas que tienen un círculo muy amplio tanto de familia como de amistades, "sin embargo, podrían sentirse en la más absoluta soledad porque perciban que no es el apoyo que necesitan para sentirse bien, o porque este apoyo pueda ir acompañado de una serie de obligaciones que para la persona pueda representar una imposición que les generaestrés y ansiedad", explica la experta.
Las relaciones deben ser sanas, y reciprocas. Por ello, es importante huir de aquellas personas que nos resulten tóxicas. Que para nosotros sean tóxicos y no nos aporten nada. Y cuidar por el contrario a las que sí nos importan. Aunque hace tiempo que nos veamos. A veces el tiempo no importa, si sabemos cómo mimar y proteger esas relaciones.
Aprovecha las tecnologías (las nuevas y las antiguas)
Porque no hace falta grandes parafernalias. Basta con el teléfono de toda la vida. Incluso, las cartas o los mails. El WhatsApp. Basta con tener un tiempo para llamar y concertar una cita virtual con nuestros seres queridos.
"Es importante dedicarle tiempo y que la persona planifique su agenda. Y es que cuidar las relaciones sociales y mantenerlas vivas también implica horas de esfuerzo", aconseja la psicóloga Sonia Castro, del Instituto Europeo de Psicología Positiva. Por ello, "podemos aprovechar la nuevas tecnologías e incorporar las videollamadas a nuestro día a día es una herramienta y una estrategia muy eficaz para mantenerse actualizado y que la comunicación no verbal no se pierda".
Cuida y mima los detalles
Cualquier cosa que creas que pueda gustarle a la otra persona. Un detalle. Un mensaje con una canción, un recuerdo, una foto.
No olvidemos que "nos ganamos la confianza del otro con los detalles más pequeños. No nos la ganamos con actos heroicos, ni con acciones demasiado visibles, sino cuando prestamos atención, escuchamos y en los gestos de cuidado y conexión auténticos", confiesa Castro.
Muestra los afectos, no los escondas
Todos sabemos lo que reporta un abrazo, pero también y afortunadamente, podemos expresar el amor de muchas formas. Más cuando estamos lejos. Y puede reportar lo mismo que un beso o que un abrazo.
Como dice Vera, "es importante que no dejemos de mostrar nuestros afectos a las personas que queremos, hacerles saber y sentir lo importantes que son en nuestras vidas. No escatimemos en expresiones afectivas porque esta pandemia nos está dejando con pocas alternativas para relacionarnos de forma social y afectiva, por lo que aprovechemos cualquier momento para decirles todo lo que nos aportan y lo que representan en nuestras vidas".
Y recuérdale que estamos ahí
Aunque a veces pueda parecer una obviedad. "No demos por hecho que tienen que saber que les queremos y que estamos ahí para cuando nos necesiten. Hay que decirlo de forma explícita y con hechos", recomienda Vera.
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Es bueno estar pendientes de si necesitan algo, de como están. "Llamarles con frecuencia, preguntarles por las cosas que les interesan, estar dispuestos para escucharles, comprender sus inquietudes y sus miedos y ser asertivos desde el cariño. Es clave también, respetar sus tiempos tanto para hablar como para callar. Expresarles en definitiva, de forma abierta, todo el cariño que les tenéis y lo importantes que son en vuestras vidas", concluye Vera.