Los huevos son una especie de tesoro nutricional y además son baratos. Ricos en vitaminas y en proteínas, su versatilidad le hace además un indispensable en la cocina casi a diario.

Las proteínas que aporta el huevo son las de mejor calidad, es decir, las que más se parecen a las que nuestro organismo necesita, según explican desde el Instituto del huevo, una asociación sin ánimo de lucro creada en 1996 que trabaja para fomentar la investigación relacionada con el huevo en España y la divulgación sobre su interés como alimento y su adecuado manejo.

Además, hay que destacar su alta proporción de aminoácidos esenciales, los que no podemos fabricar y por lo tanto debemos obtener de los alimentos.

Por otro lado, los huevos contienen casi todas las vitaminas (salvo la vitamina C -de la que escribimos un artículo sobre cómo aumentarla-) y minerales muy importantes (hierro, fósforo, selenio).

También desde el Instituto del Huevo explican que el huevo no contiene hidratos de carbono, sino que la energía que aporta proviene de los lípidos. Los lípidos del huevo son principalmente ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados (beneficiosos para la salud cardiovascular). El huevo también contiene antioxidantes (selenio, vitamina E, carotenoides), ácido fólico y colina, necesarios para el buen funcionamiento del organismo.

Trucos para saber si un huevo está malo

Ahora bien, no es lo mismo un huevo fresco que otro que no lo es. Y en el caso de que esté estropeado, su ingesta puede tener consecuencias para nuestra salud. En principio la intoxicación no es peligrosa, pero no será plato de buen gusto.

Por ello, es mejor que sepamos detectar de manera rápida y sencilla cuándo un huevo es apto para el consumo o no. Con estos sencillos trucos caseros podremos saber si un huevo está malo:

El truco de sumergir un huevo en agua

Algo que todos tenemos en casa, de fácil acceso y sin apenas coste. Con un bol o un vaso con la profundidad suficiente para que el huevo pueda hundirse (o no). Así se comprueba si un huevo está bueno o malo sumergiéndolo en agua:

  • Si se hunde: está en buen estado, es un huevo fresco.
  • Si se hunde lentamente: hay que consumirlo pronto.
  • Si no se hunde y flota: descártalo.
Un huevo en mal estado flota porque no es fresco y con el paso de los días ha entrado aire en su interior. Recuerda que la cáscara es ligeramente porosa.

El truco de agitar el huevo y escuchar el sonido

Existe otra opción gratuita para comprobar si un huevo está en mal estado o no. Tan solo necesitarás tu oído y menear un huevo cerca de tu oreja:

  • Si oyes una especie de chapoteo, descarta el huevo. Ese sonido se produce por la yema chocando con la cáscara.
  • Si no oyes nada: es un huevo fresco.

Abre el huevo y observa

  • Si huele mal: descártalo.
  • So la yema no está centrada y tiene un color extraño: descártalo.
  • Si la yema no es consistente: descártalo.

Cuece el huevo y descubre si está malo

Aunque implica un gasto de energía y tiempo, a veces es la única opción. Pon el huevo a cocer entre 8 y 10 minutos. Una vez listo y pelado, corta el huevo por la mitad longitudinalmente y observa:

  • Si la yema está centrada y no parece estar muy pegada a la clara, el huevo está bueno.
  • Si no es así, el huevo está malo.

Qué puedo hacer si me como un huevo en mal estado

Si por error te has comido un huevo en mal estado, corres el riesgo de exponerte a bacterias que pueden provocar una intoxicación alimentaria, como la salmonella y la E. Coli. Los síntomas de la intoxicación alimentaria pueden ser:

  • Diarrea
  • Calambres abdominales
  • Fiebre
  • Vómitos

Los síntomas suelen aparecer entre seis y 48 horas después de comer un huevo contaminado y pueden durar entre cuatro y siete días. En la mayoría de los casos, los síntomas desaparecen por sí solos.