No nos importa con quién come usted, señor Mazón. No nos importa su vida privada. No nos importa ni tiene que decirnos quién era con quién estaba usted si simplemente reconoce que usted no estaba operativo durante tres horas en medio de la tragedia más grave de la historia de Valencia de los últimos 80 años. No nos importa si reconoce su ineptitud y se va pidiendo perdón a los valencianos, a las familias de los muertos y a todos aquellos que han perdido todo. Su confesión es algo íntimo y privado que no le vamos a pedir, pero sí su dimisión porque usted estuvo fuera de servicio cuando los valencianos estaban a punto de morir ahogados por su negligencia. Carlos Mazón ha costado la vida de más de 200 personas por su gestión y eso es más importante que saber con quién comió usted y a quién oculta.
Lo que sabemos de la comida de Carlos Mazón que hizo que se retrasara la reunión de emergencias que podría haber salvado vidas es motivo más que suficiente para que se vaya a su casa y dimita sin necesidad de que confiese con quién estaba en esa comida. Sabemos que la reunión no era de trabajo porque era obligación incluirlo en la agenda y no aparecía. No lo es además porque, si hubiera sido una reunión de trabajo, no hubiera mentido diciendo con quién comió. Porque ha mentido diciendo que estaba con miembros de la patronal que han negado que estuvieran reunidos con Carlos Mazón a las 15:00 de la tarde como había afirmado. ¿Por qué alguien miente diciendo con quién comería si no fuera porque tiene alguien a quién ocultar?
Carlos Mazón estuvo inaccesible durante tres horas. Ni siquiera cogía el teléfono. Por eso la consellera de Interior no se atrevía a tomar decisiones urgentes, porque Salomé Pradas Ten, además de ser una inepta y ser la responsable de protección civil no se atrevía a tomar decisiones sin consultar con Mazón. Pero la pregunta que hay que hacerse y que Carlos Mazón tiene que responder es: ¿qué estaba haciendo Carlos Mazón que le impedía en una jornada laboral con una alerta roja de la AEMET responder llamadas de su consellera de Interior?
Carlos Mazón puede responder estas preguntas o no si dimite. Pero, mientras siga en el cargo, tiene que responder y no mentir, decir con quién estaba comiendo y qué estaba haciendo para paralizar toda la actuación de emergencias que acabó costando más de 200 vidas. Justo antes de esa comida que el president oculta se reunió con los agentes sociales en una reunión de trabajo que duró poco más de 20 minutos antes de las 14:00 y, en esa reunión, los responsables de la Generalitat deslizaron que la Universitat de Valencia era una exagerada por haber suspendido las clases por la alerta de lluvias que había lanzado la AEMET. Es normal con esa consideración que se fuera de comida privada y dejara el móvil inactivo.
Carlos Mazón es un político muerto. No confía en él nadie en el PP y todos creen que debe dimitir. Le puede quedar aún algo de honra si se va de su cargo pidiendo perdón y llevándose con él a Salomé Pradas y Nuria Montes, la consellera que insultó a los familiares de los fallecido. No ha habido una gestión más negligente y miserable en la historia reciente de España y venimos de catástrofes como las del mayor atentado terrorista de nuestra historia en la que el PP mentía de forma descarada solo para sobrevivir. Pero la gestión de la DANA de Valencia tiene el añadido de la inanidad intelectual, nos enseña lo que sucede cuando se pone en puestos de responsabilidad a personas que no tienen más valía que haber medrado y ser durante años miembros de un partido político a la espera de tener un cargo público con coche oficial. Nunca antes en nuestra historia el enchufismo de personas incapaces ha costado tantas vidas. Hoy habría 200 personas vivas si Carlos Mazón no hubiera sido president de le Generalitat.