Este verano hubo una paradoja en la opinión publicada en lo que respecta a la extrema derecha y coincidente entre quien opina de un movimiento sin haberlo estudiado mínimamente, la paradoja consistía en que aquellos que decían que Vox jamás se atrevería a romper los gobiernos con el PP porque nunca renunciarían a sus "carguitos" dieron por muerto a Vox al llevar a cabo su amenaza y abandonar todos los ejecutivos renunciando a esos cargos que dijeron que jamás abandonarían. Las últimas encuestas certifican la incapacidad manifiesta de esos analistas que no supieron leer lo acertado de la estrategia de la extrema derecha.

Todos aquellos que no supieron ver el calado del movimiento de Vox ni el objetivo que tenía dicha estrategia están ahora sorprendidos porque tras la DANA y con el movimiento antipolítico generado por la inacción de la Generalitat, la falta de reflejos del Gobierno central y la operación masiva de desinformación sea Vox el partido que más crece y que más fruto recoge de la desafección. La maniobra que muchos despreciaron de la extrema derecha de usar la llegada de migrantes menores no acompañados para romper los gobiernos tenía como objetivo capitalizar la opinión negativa sobre la inmigración que poco a poco va calando en nuestra sociedad. Porque solo quien se niega a ver la realidad no puede asumir que las posiciones contra la inmigración están ganando terreno incluso entre posiciones que no son de derechas. Llevan años sembrando en ese terreno y empiezan a recoger los frutos.

Vox supo ver mejor que nadie, y antes que nadie, que venía un momento de desafección generalizada que arrastraría en primera estancia a quien ocupara el gobierno de la nación pero que también se llevaría por delante en menor medida a quien tuviera apariencia de institucionalidad y sobre todo, a los socios más pequeños de los gobiernos, autonómicos o nacionales, con escaso margen de maniobra en una coyuntura de guerra, inflación y movimientos geopolíticos de calado indescifrable. Cierto es que no pudieron advertir que habría una Dana terrible unida a la irresponsabilidad máxima de Carlos Mazón y que les ayudó a eludir la responsabilidad haber abandonado el Gobierno justo a tiempo de ser los que llevaban las emergencias. No son pocos los dirigentes de Vox que se congratulan de haber salvado esa bala.

La capacidad analítica del momento político que tuvo Vox es la que le falta a Sumar, que sigue imbuido en la inopia de manera constante directo a la irrelevancia y no es capaz de desentrañar que ser el socio minoritario de una coalición de gobierno sin capacidad para llevar a cabo políticas ambiciosas solo le generará un coste que no será capaz de evitar. Sumar tendría que salir del Gobierno para sobrevivir, pero esa realidad ni se la plantean y tienen que vivir con una pinza insoportable de la que ningún partido de izquierdas podría salir. Con el PSOE como socio mayoritario y Podemos fuera del gobierno proponiendo cosas que no se pueden realizar con la única intención de generarle coste la desaparición de Sumar es el único camino posible.

Los tiempos de desafección siempre son capitalizados por aquellos que no tienen capacidad de gobierno y se muestran de manera radical sin importar si las propuestas son incoherentes con su antigua gestión de gobierno, como es el caso de Podemos y Vox, sacando rédito a la escasa memoria política y a la incapacidad por desencriptar que todo lo que ahora proponen desde fuera nunca se atrevieron a hacer desde dentro. Pero la estrategia adecuada y ganadora para los partidos que quieren presentarse como alternativa es estar fuera de los gobiernos y criticar la gestión de aquellos que comparten espacio electoral para ir minando el electorado que aspiras a representar. Puede ser paradójico, pero en el momento antipolítico que vivimos los que más rédito pueden sacar son aquellos que llevan haciendo política sin dejar de vivir del dinero público desde hace más de diez años con la intención de que se olvide toda la gestión pasada. La extrema derecha es la que está leyendo con mayor precisión el momento que estamos viviendo y es la que está mejor situada para sacar rendimiento a un momento de desafección política solo visto antes en las fechas previas al 15M.