Si tuviera que pensar en cuál es el mayor avance de la medicina o incluso, cual es el mayor logro de la humanidad, sin miedo a equivocarme diría que el aumento de la esperanza de vida.
En una sociedad donde cada vez hay más estrés, ansiedad, donde las tasas de obesidad aumentan de manera casi exponencial, donde se estima que el año 2030 más del 80% de la población española tendrá problemas de sobrepeso, la esperanza de vida sigue aumentando imparable hasta ya los 100 años las nuevas generaciones.
Esto sin duda alguna se debe al avance feroz de la medicina, por lo que me hace reflexionar sobre si nuestro sistema está basado más en la intervención que en la prevención.
Recuerdo cuando era niño, más niño, que mi mayor ilusión el día que venían sus Majestades los Reyes de Oriente, era siempre algo relacionado con el deporte, una bici, un balón o la camiseta de futbol de mi equipo. Sin embargo, y con mucha diferencia, actualmente los regalos más solicitados son digitales o carentes de esfuerzo del tipo videoconsolas, móviles, patinetes eléctricos, etc.
Casualidad o quizás no, las tasas de obesidad infantil desde hace unos años, precisamente desde el boom del desarrollo digital están aumentando de manera muy significativa, tanto que, en los últimos 20 años, la tasa de diabetes tipo 2 infantil (directamente relacionada con la obesidad), ha aumentado en un 50%.
Curiosamente alguno de los mayores avances científicos han sido inyecciones que ayudan adelgazar, inyecciones que controlan el colesterol, e incluso ya se está desarrollando en una primera fase de éxito, la inyección que te ayudará a generar insulina si eres diabético.
Y yo me pregunto, ¿por qué estamos construyendo una sociedad donde la prevención, el estilo de vida saludable, el esfuerzo o la constancia pasan a un segundo plano?
Prestamos más atención a la intervención que a la prevención, es decir, prefiero tomarme una pastilla que me quite el colesterol y me regule el azúcar, antes de comer bien, salir a pasear y bajar un poquito de peso. Creo que nos están borrando de la mente eso que se llama la cultura del esfuerzo, donde conseguir los objetivos requieren de trabajo, dedicación, constancia y algo de sacrificio.
Es curioso ver estadísticas, por ejemplo, de muertes por infarto, donde la mayoría no tenían niveles altos de colesterol, sencillamente porque tomaban medicación, pero al tomar medicación y no tener niveles altos de colesterol, no cambiaban ninguno de los hábitos que les habían hecho tener colesterol, por lo que tomaban la pastilla, pero seguían comiendo regular, sin hacer ejercicio y con una vida sedentaria, precisamente los causantes de esos problemas cardiovasculares.
Es maravillosos que la ciencia avance, es espectacular que la medicina vaya cumpliendo hito tras hito, pero, por favor, no olvidemos que lo realmente importante es la prevención para poder librarte de la intervención.
Así que más zapatillas y menos pastillas.