Ha sucedido a más de 16.000 kilómetros de distancia pero ha tenido efectos claros en nuestras costas. La erupción del volcán Hunga Tonga en el Océano Pacífico ponía en alerta a los vulcanólogos de todo el mundo, pero también a los meteorólogos. Y es que sus efectos se hacían notar rápidamente en sus sistemas de medición.
El más claro. La presión atmosférica se disparaba. Alcanzando una columna eruptiva de 20 kilómetro de alto, la violenta explosión del volcán generaba un tren de ondas de presión por el aire, que se expandía por toda la atmósfera, registrándose oscilaciones bruscas de la presión a su paso en los observatorios y estaciones meteorológicas de todo el mundo, incluida España.
Pero no sólo en la atmósfera. También en el mar. Esas misma ondas provocaban en el medio acuático un tren de ondas marinas que se propagaba por el Pacífico, provocando un tsunami de consecuencias catastróficas en las islas del archipiélago de Tonga e impactando con menor magnitud muchas otras zonas costeras de la citada cuenca.
En España, la propia Aemet lo confirmaba mostrando datos del puerto de Valencia. Estas ondas de presión atmosférica también han causado alteraciones del nivel del mar desde la noche de ayer, que han sido de hasta 20 cm, según los mareógrafos de Puertos del Estado".
¿Qué es un meteotsunami?
Para entender la magnitud de este fenómeno, en laSexta heos hablado con el geólogo y divulgador científico Nahúm Méndez Chazarra. Nos explica que los meteotsunamis son un tipo de tsunami similar a los que conocemos generados por eventos geológicos como terremotos o deslizamientos, pero que están desencadenados por un fenómeno meteorológico.
Estos se producen cuando hay un cambio muy brusco en la presión atmosférica, de tal manera que el aire "empuja" a la masa de agua de los mares y océanos, generando a su vez un movimiento del agua, en forma de oscilaciones del nivel del mar, que si es lo suficientemente importante, puede generar olas muy significativas e incluso destructivas.
En el caso de la erupción de Hunga Tonga-Hunga Ha'pai, la explosión asociada a la erupción del pasado día 15 de enero generó una gran onda expansiva que se propagó muy rápidamente a través de la atmósfera. Esta onda expansiva representaba en realidad un cambio brusco de presión generado como consecuencia de la explosión, que empujaba al aire hacia afuera de la zona donde se había producido esta.
En las gráficas bajo estas líneas se ve cómo se ha registrado una perturbación en el oleaje en Carboneras y en Gandía.
Un fenómeno nada habitual
"Es espectacular pero pocas veces lo vemos". Nahum Méndez explica que se trata de un caso excepcional el que una erupción volcánica provoque un meteotsunami, ya que "se necesitan erupciones muy violentas para generar esos cambios de presión tan bruscos y capaces de llegar a distancias tan grandes".
Sin embargo, en este caso la evidencia científica ha llegado a registrarse hasta en aparatos de medición caseros. Son muchos los que han publicado en las redes los registros de sus estaciones meteorológicas no profesionales. Esos pequeños barómetros que miden la presión atmosférica en nuestros hogares han medido también el impacto.
Y el propio Nahum en Un geólogo en apuros:
No obstante, ¿es un fenómeno que vaya a tener un efecto significativo en el clima global? En este caso, según el experto divulgador, los primeros datos reflejan que no.
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