El trabajo de los 'pizzaioli' napolitanos es un arte reconocido por la Unesco, su elaboración con los ingredientes de su masa, el baile de una mano a otra y su cocción no puede hacerlo cualquiera.
"Tomate San Marzano, ahora le vamos a añadir (queso) Fior di Latte y la albahaca fresca", explica Mario Vicedomini, pizzaiolo de 'Grosso Napoletano', mientras prepara el manjar.
Se necesita un horno de leña a más de 400 grados, pero sólo un minuto y medio de cocción que hace las delicias de la gente.
Nos gusta, sí, pero no sabemos pronunciarla. Más de la mitad de los españoles falla, pronunciamos "pisa", "pixa" y hasta "pinza".
En la 'Accademia del gusto', en Madrid, enseñan las claves de este arte centenario, por ejemplo, la importancia de amasar enérgicamente y hacerla volar para que oxigene. En sólo un año el número de alumnos se ha disparado.
"Mucha gente está interesadísima en hacer pizzas aquí en la 'Accademia', hacemos cursos para profesionales y para gente no profesional y se nota alrededor del 20% o 30% de incremento", asegura Lucca Arrigoni, pizzaiolo de 'Accademia del gusto'.
La apuesta española para la Unesco eran los espetos malagueños. Quién sabe si algún día llegarán a ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.