Para comprobar lo que supone comer la tradicional torrija de Semana Santa nada mejor que hacerle una radiografía:
Las torrijas son altas en energía y es que llegan a aportar 230 kilocalorías por unidad, como ocho onzas de chocolate con leche. Además son ricas en azúcar y portan más de cinco gramos de azúcar, lo que equivaldría a dos terrones.
Todo esto ya es bien sabido pero seguro que desconocías que son ricas en grasa monoinsaturada y poliinsaturada, que tiene un papel cardioprotector, especialmente si están fritas en aceite de oliva.
Además son bajas en colesterol, ya que, más allá de la leche, no llevan alimentos de origen animal. También aportan vitaminas y minerales, concretamente calcio y potasio, así como vitamina A, ácido fólico y niacina o vitamina B3.
A pesar de que tienen una parte buena, nutricionalmente hablando, esto no hace que podamos comer todas las torrijas que nos gustaría, ya que estamos hablando de un postre que estaría dentro de los alimentos de consumo ocasional.