Llevar a cabo una representación tan espectacular y épica no es tarea fácil pero Puy de Fou, o nuestro pasado hecho espectáculo, lo intenta: "Todo tiene una sola y única meta que es la de emocionar que la gente salga emocionada por sus propias raíces", confiesa Erwan De la Villeón, consejero delegado del parque temático.
Aquí la historia cobra vida, justo en el corazón de La Mancha, hogar de hidalgos de los de lanza en astillero. No faltan ni la Conquista musulmana, el Descubrimiento de América o la Guerra Civil. Los actores son los encargados de trasladarnos al pasado en 70 minutos y, por encontrarnos, nos encontramos hasta quien se mete en la piel del propio Salvador Dali.
Armaduras construidas a mano y los detalles más cuidados. Mientras todos ultiman los preparativos los cuidadores se encargan del bienestar de los animales. 2.000 personajes, 185 acróbatas y jinetes y más de 50 caballos españoles.
Pero este espectáculo es sólo la antesala a algo mucho más grande. Dentro de dos años Puy de Fou se convertirá en un parque temático en Toledo. Ya no hay excusa para olvidar un pasado que nos pertenece.
Eran conocidos como los 'caras rotas'
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Los conocidos como 'caras rotas' eran despreciados por la sociedad, como cuenta Lindsey Fitzharris en El reconstructor de caras. Solo algunos, gracias al cirujano Harold Gillies, vivieron una segunda oportunidad.