El Barça de Nikola Mirotic ahogó al Real Madrid en el Palau Blaugrana (83-63) para vengar la derrota que sufrió ante los blancos en la Euroliga y pasar a coliderar, con el equipo de Pablo Laso y el Casademont Zaragoza, la Liga Endesa.
"Ya vendrán. Ya vendrán al Palau", recordó Mirotic después de que el Barça cayera, por 86-76, en el WiZink Center y el ala-pívot serbio tuviera uno de los recibimientos más hostiles que se recuerdan en los últimos años.
Y el Real Madrid vino, mes y medio después, para hincar la rodilla ante un equipo intenso, que había marcado en rojo en el calendario esta primer visita a Barcelona del eterno rival y que siempre se mostró más inspirado que este en los momentos calientes del encuentro.
Lastrados por su nefasto porcentaje desde los 6,75 (acabaron con 4 de 21, por los 10 de 20 del Barça), los madrileños fueron a remolque durante todo el Clásico. Mirotic anotó los cuatro primeros puntos del partido, y le siguieron Davies y Higgins para poner el 8-0 inicial y obligar a Laso a pedir el primer tiempo muerto del choque.
En cambio, el Madrid tardó cuatro minutos y medio en anotar. Lo hizo Randolph, autor de los únicos cinco puntos visitantes en todo el primer cuarto, antes de que un nuevo parcial de 12-0, coincidiendo con la irrupción de Delaney en el partido, cerrará el primero período con 22-5, diecisiete de diferencia para el conjunto azulgrana.
El Barça era un coloso atrás, sobre todo, gracias a un Claver inmenso en las ayudas y el rebote defensivo y que se desenvolvía con acierto en ataque, todo lo contrario que su rival.
La sangría fue a más al inicio del segundo cuarto. Aparecieron Oriola y Tomic desde el banquillo, y también los triples de Hanga y Kuric, y el Barça se disparó en el electrónico hasta el +21 (35-14, minuto 15). En los blancos, Thompkins era el único que veía el aro con relativa facilidad. Los locales se atascaron entonces y el Madrid, que poco a poco había ido ajustando la defensa, empezó a carburar.
Dos faltas en ataque a Delaney y una técnica a Pesic acabaron por descentrar a los catalanes. Y los triples de Rudy Fernández y Thompinks y una canasta de Deck acortaron distancias al descanso (39-27). La mejoría en el juego visitante tuvo continuidad tras la reanudación. Liderados por la intensidad de Campazzo, endosaron al Barça un parcial de 4-11 para meterse de nuevo en el partido (43-36, min.23).
El Barça apretó entonces los dientes en defensa y aparecieron Mirotic y Tomic para rescatar a su equipo (50-36, min.25). Campazzo, Thompkins y Laprovitolla intentaron mantener vivos a los suyos, pero los locales ya habían recuperado la fluidez en su juego. Un triple de Delaney ampliaba el colchón azulgrana, que encaraba el último cuarto 17 puntos arriba (62-45).
No se rindió el equipo de Laso, que arrancó el último período con un parcial inicial de 0-6 para bajar de los diez de diferencia (62-51, min.32). Pero el Madrid seguía con su falta de acierto en los triples, todo lo contrario que el Barça. Uno de Kuric y una canasta de Oriola ponía el 71-55 a falta de 5:11 para el final y obligaba a Laso a pedir otro tiempo muerto.
Las consignas del técnico visitante no surgieron efecto. Mirotic olió la sangre y quiso ser él quien rematara a su exequipo anotando seis puntos consecutivos para liderar un último parcial azulgrana y sentenciar un partido que acabaría con el 83-63 final. 40 segundos antes, Pesic sustituía al serbio para que este se llevara el cariño que no pudo traerse de Madrid.
Y Mirotic, máximo anotador (20 puntos) y reboteador (6 capturas) del partido, enloquecía jaleando al público, brazos en alto, mientras el Palau coreaba el nombre de su nuevo ídolo.