Tremendo esperpento el que se vivió en la previa de la final de la Champions League. Mientras la grada del Real Madrid, el fondo donde estaban los aficionados blancos, estaba a reventar, el del Liverpool estaba lejos de estar lleno mientras fuera, en las puertas Y y Z, se agolpaban centenares de hinchas del club 'red'.
El desenlace de todo esto fueel retraso del partido. Primero, durante 15 minutos; luego, por más tiempo. Un tiempo indeterminado. Quizá hasta las 21:30, quizá más aún.
Mientras, los jugadores del Liverpool y del Real Madrid salían nuevamente al campo para realizar los diversos ejercicios de calentamiento que ya habían hecho con anterioridad.
Todo porque el protocolo de seguridad de UEFA falló. Falló mucho. Bastantes aficionados del Liverpool se saltaron uno de los anillos de seguridad sin tener entrada, y hubo que realizar un nuevo conteo de tickets para ver quién podía y quién no podía acceder al verde.
Ceferin, señalado
Mientras, las redes sociales dictaban sentencia. Y sabían hacia dónde tenían que apuntar. Hacia la UEFA, hacia su máximo dirigente. Hacia un Aleksander Ceferin, presidente, que se convirtió rápidamente en tendencia en Twitter.
No fueron pocos los que le recordaron tanto sus palabras como su forma de dirigirse hacia Real Madrid, finalista, y también hacia Barça y Juventus, los tres únicos clubes que permanecen fieles a la idea de la Superliga de todos los firmantes en un comienzo.
La imagen de la UEFA, y de la Champions League, queda más que marcada tras el desastre en un evento que tiene miles de millones de seguidores a lo largo del mundo.