El Real Madrid se lo pasó en grande en el 1-0 ante el Al-Hilal. Después de unos minutos de tanteo, los blancos se adueñaron del partido del Mundial de Clubes para gustarse y gustar al público, en su mayoría madridista, que disfrutó con una auténtica obra de arte que acabó en gol de Vinicius.

Porque cuando combinan los buenos, los muy buenos, varios de los mejores del mundo, se nota. Se agradece. Se ven cosas como la que se vio en el envite que jugaron los de Carlo Ancelotti.

Fue en el minuto 13 cuando Benzema y Vinicius se encontraron. Primero, pared magistral entre Karim y Valverde para que el galo mandara un balón al brasileño en un pase de esos que han de estudiarse en las escuelas. El 20, en un tremendo desmarque, recibió un balón perfecto para plantarse solo ante el portero de los saudíes.

Ahí fue cuando levantó la cabeza. Miró dónde se encontraba el arquero y definió suave con el interior. Llegó a tocar la bola el meta, pero no fue suficiente para evitar el tanto de Vini.

Lo primero que hizo fue señalarse el escudo del Real Madrid mirando a la grada. Luego, celebración con sus compañeros. Para terminar, a bailar.

Fue el primer tanto de la final del Mundial de Clubes, un torneo en el que el Real Madrid ha dominado en cada participación que ha tenido desde que Boca Juniors, en el 2000, les derrotase con dos goles de Palermo.