El Real Madrid ya ha visitado a su diosa. Ya ha visitado a Cibeles, donde miles y miles de madridistas se congregaron para vivir, por fin, una auténtica fiesta. Una como las antes. Una que disfrutaron como hace años no podían por el COVID. LaLiga ya está en las vitrinas del Bernabéu, y la mítica fuente de las celebraciones merengues ya viste con los colores blancos.
Todo comenzó con el partido ante el Espanyol. Fueron noventa minutos en los que los madridistas pasaron por encima de un rival que casi ni se dejó ver en el feudo de La Castellana. Un 4-0. Sin sufrir. Sin dudas. Sin temor alguno a retrasar un alirón cantado que ya se coreaba en el Bernabéu con el 2-0.
Con el pitido inicial los jugadores y sus familias comenzaron la parranda. Marcelo fue el maestro de ceremonias, y Carlo Ancelotti visitó los cielos de Madrid tras un manteo que reconoció que le encantó. Fue tan solo el comienzo.
En el autocar, con el número 35 bien marcado por el número de títulos ligueros logrados por los blancos, bajaron por la Castellana en un paseo atestado de madridistas para bajar a Cibeles. Llegaron a eso de las 21:00, y ya estaban a tono con bailes de todo tipo a los que se sumó el mismísimo Ancelotti.
Modric se animó a cantar una vez llegaron a Cibeles, y es que era el día de desmelenarse. Lo que más se escuchó, aparte de los cánticos de celebración, fue el '¡sí se puede!' de la afición del Real Madrid. Sí, LaLiga ya la tienen, pero la hinchada quiere la Champions League.
A saber si tienen que volver a poner la bufanda a la diosa. Fue Marcelo, capitán, el encargado de 'vestir' a la Cibeles con los colores del Real Madrid. El lateral es, con sus 24 títulos, el jugador más laureado de todos los tiempos del club, por delante de Paco Gento.
Muy clara ha sido la superioridad del Real Madrid en la presente Liga, con tan solo tres partidos perdidos y un único 'manchurrón' que fue el 0-4 en casa ante el Barça. Fue un espejismo, y no hubo más color que el blanco en este curso 2021-22.