El Liverpool de Jürgen Klopp fue en su momento el equipo más temido de Europa. Gran culpa de ello la tenían Roberto Firmino, Mohamed Salah y Sadio Mané que juntos conformaron una línea atacante que causaba auténtico terror en las defensas rivales.
La velocidad de Mané, la magia de Firmino y el gol de Salah eran una combinación letal pero lo que parecía una química absoluta dentro del campo, resultó ser tensión y malos rollos fuera de él.
Un año y medio después de que aquel ataque se disolviera por el fichaje de Mané por el Bayern de Múnich, Roberto Firmino se ha sincerado sobre lo que ocurrió para que uno de los mejores tridentes de la década se derrumbara en cuestión de meses.
"Vi de primera mano las miradas, las muecas, el lenguaje corporal, la insatisfacción cuando uno estaba enfadado con el otro. Podía sentirlo. Yo era el vínculo entre ellos en nuestro juego de ataque y el bombero en esos momentos", añadió el jugador del Al Ahli.
"Mi instinto y mi deber era calmar la situación entre ellos... Salah y Mané habían tenido sus pequeños problemas antes pero esta vez pasó todo en el campo, para que el mundo lo viera. Ese día en Burnley, se destapó todo", explicó.
Para Firmino, había una razón clara de esos enfados que en ocasiones se extendían por todo el plantel: "No sé si era consciente o no, pero Salah solía frustrar a todos cuando no pasaba el balón".
Sea como fueran los motivos de la mala relación, está claro que esa tensión apagó la luz de la que estaba llamada a ser una de las mejores delanteras de la historia del Liverpool.