Después de que el Real Madrid exigiese depurar responsabilidades tras los lamentables incidentes acaecidos antes, durante y después de la final de Champions League ante el Liverpool hace dos semanas, desde Francia están reproduciéndose réplicas mientras que la UEFA permanece en un sepulcral silencio.
Primero ha sido Didier Lallement, jefe de la Policía de París, que ha entonado el 'mea culpa' en una audiencia en el Senado para reconocer que la organización y el operativo fueron un "un fracaso".
"Hubo personas que fueron agredidas cuando el objetivo era protegerles", ha añadido, pidiendo perdón por el empleo de gases lacrimógenos que dejó una estampa que "perjudicó a la imagen de Francia".
Paralelamente, Marine Le Pen, líder de la extrema derecha francesa, ha cargado contra el Gobierno de Emmanuel Macron, al que califica de "mentiroso".
En el canal 'BFMTV', ha criticado el borrado masivo de las 220 cámaras que había en los aledaños del Stade de France, calificándolo de "voluntario" y "en ningún caso de buena fe" ya que, según las autoridades, se eliminaron una semana después ya que la Justicia no las había solicitado.
"Es una destrucción de pruebas por inacción. Lo que pasó en el Estadio de Francia ha sido un escándalo mundial" y "es revelador de que la delincuencia en nuestro país está fuera de control", ha añadido Le Pen, señalado a "la inmigración anárquica y masiva" como responsable.