La primera derrota de Luis Enrique tras su regreso como seleccionador llegó este martes, de manera inesperada, ante una Ucrania que llegaba mermada por las ausencias. Un equipo con varios suplentes que potenció las debilidades de una España en la que el gol sigue siendo un asunto de estado y donde David de Gea volvió a quedar señalado.
El guardameta del Manchester United se quedó a media salida en el único tanto del choque, obra de Zubkov. El delantero ucrania le ganó la carrera a Jesús Navas, algo sorprendente, y aprovechó la posición de De Gea para fusilar la portería.
Ventaja en el marcador y a aguantar hasta el final. Ese fue el papel del combinado del mítico Andriy Shevchenko, que se benefició, además, de la falta de puntería del equipo español, huérfano de un delantero puro desde hace ya demasiado tiempo.
Y Luis Enrique, tras el inesperado traspié, compareció en rueda de prensa con un objetivo claro: defender a los suyos y en concreto a De Gea. "Siempre se puede hacer algo más pero culpar a De Gea ya es vicio. Todos podemos hacer más, yo el primero. El pastel lo comemos todos y un pequeño plato que se puede pudrir también lo comeremos entre todos", afirmó el asturiano.
"Hemos merecido ganar, hemos hecho ocasiones suficientes para materializar alguna, pero esto puede pasar", se resignó el seleccionador, consciente de que España sigue siendo un equipo poco fiable, sobre todo ante la falta de gol. Remontar un marcador adverso parece ahora mismo una utopía.
Con Rodrigo Moreno en punta, Ansu Fati y Adama Traoré en los costados, la selección volvió a notar la falta de pegada. El capitán, Sergio Ramos, dispuso de una ocasión en el ocaso que podría haber regalado el empate. Pero se fue al limbo. La nueva realidad de España es esta.