En Balaídos, Pione Sisto dio el triunfo a los locales convirtiendo una falta directa en la última acción de un partido en el que el Valencia mostró poca fe en el milagro. Tras el 1-4 en Mestalla, los de Voro trataron de asustar al Celta de inicio pero pronto fueron sometidos por el juego celeste.
Los de Eduardo Berizzo dominaron el encuentro tras un primer aviso visitante de Vinicius y gozaron de buenas ocasiones para hurgar en la herida 'che'.
Un Valencia poblado de jugadores del filial apenas inquietó a los locales bajo un diluvio en Vigo. Pese a la entrada de Parejo en la segunda mitad, el Celta siguió mandando sobre el césped.
Giuseppe Rossi abrió la lata con su tercer gol celtiña, uno en cada competición, a la hora de encuentro y a renglón seguido Vinicius hizo el empate que pareció ya definitivo. Sisto vio el premio a su gran partido con el tanto que cerró la eliminatoria que confirma el momento dulce del Celta y el calvario valencianista.