Negaba con la cabeza. No se lo podía creer. Leo Messi miraba incrédulo lo que estaba sucediendo sobre el verde del Camp Nou. Sus compañeros no fueron capaces de superar al Eibar y prácticamente dicen adiós a cualquier opción en LaLiga.
Nada más aterrizar en Barcelona procedente de Argentino, acudió al Camp Nou para ver en directo el encuentro. En la grada observó resignado cómo Martin Braithwaite erraba el penalti o Antoine Griezmann se marchaba al banquillo pasando desapercibido.
El Barça no arranca. Y menos sin un Messi que sigue siendo el faro del ataque. Solo Pedri dio la cara en una primera mitad en la que protagonizó cada jugada ofensiva azulgrana.
Con dos partidos más que el Atlético de Madrid, el Barça se encuentra a siete puntos del cuadro de Diego Pablo Simeone, que se enfrenta este miércoles al Getafe. El Real Madrid, también con 32 puntos, juega ante el Elche.
Messi podría estar disponible para el próximo encuentro de LaLiga, ya en 2021. Y es que el Barça le necesita más que nunca. No hay más que ver la puesta en escena de ayer de los de Ronald Koeman. El argentino se desesperó en la grada. Como todos los culés.
"La liga está muy difícil", reconoció el técnico en sala de prensa tras el encuentro. Y los números así lo reflejan. El Barça deambula por el campeonato doméstico muy lejos del liderato.