24 horas después de ser imputado por cohecho, Joan Laporta ha dado explicaciones en una entrevista en el matinal de 'Catalunya Ràdio'.
El presidente del FC Barcelona, que heredó el contrato de Enríquez Negreira de Joan Gaspart y aumentó su sueldo, ha cargado contra el juez Aguirre por su actuación en la investigación.
"Conociendo el histórico del juez, sí me lo esperaba. Nuestra defensa ya nos advirtió de que me podían imputar, me lo esperaba, pero estoy tranquilo porque no hay cohecho, no hay soborno, ni mucho menos continuado", ha explicado.
"El juez quiere demostrar que hemos comprado árbitros y arreglado partidos y no lo podrán probar porque no es cierto", ha añadido.
Laporta se desliga de las acusaciones de corrupción deportiva y cohecho, que junto a la administración desleal y falsedad en documento mercantil son los delitos que se le imputan.
"La parte que nos acusa de corrupción deportiva no se puede probar. Además, no hay soborno porque el señor Negreria no tiene calificación de funcionario. Aquí no hay soborno, no es un delito continuado por lo que no está prescrito", ha señalado.
"Eran informes útiles"
Laporta, al igual que afirmó en abril, ha afirmado que los informes por los que el Barça pagó 7,5 millones de euros durante 17 años eran "útiles".
"Eran informes útiles. Hemos demostrado que había unos servicios y unos informes, que estaban documentado, que había un asesoramiento", ha asegurado.
De hecho, nombra directamente a Javier Enríquez Romero en lugar de a su padre: "El que llevaba la relación, el que daba servicios, era el hijo. Este servicio lo continuamos, todos los clubs lo tienen. Ahora no sé cuánto se pagan. Están internacionalizados. Pagamos lo que es precio de mercado".
Paralelamente, ha querido tranquilizar a la afición ante una hipotética sanción: "Los culés pueden estar tranquilos con este caso. Queda claro que el Barça quedará exonerado. Hay una campaña orquestada para desestabilizar al Barça. Campaña feroz y sin precedentes".