José Mourinho vivió una noche mágica en las semifinales de la UEFA Europa Conference League. El entrenador de la Roma rompió a llorar y celebró entre lágrimas la victoria de su equipo ante el Leicester, que les mete directamente en la final de la tercera competición europea de clubes. A pesar de la euforia, en la rueda de prensa posterior al encuentro tuvo tiempo para acordarse del Real Madrid y Carlo Ancelotti.
Con el empate a uno en la ida, todo estaba en juego en el Estadio Olímpico de Roma. Tammy Abraham abrió rápidamente la lata en el minuto 11 de partido y el marcador ya no se movió en los casi 80 minutos restantes. Mourinho no pudo contener la emoción y ya sueña con conquistar el único título europeo que le falta. En la final del próximo 25 de mayo ya espera el conjunto neerlandés del Feyenoord, que consiguió eliminar en la otra semifinal a uno de los grandes favoritas al título, el Marsella.
Será la octava final europea del portugués, que al final del partido ante el Leicester no dudó a la hora abrazarse con todo su cuerpo técnico por el trabajo realizado hasta el momento. "Fue una victoria familiar. No solo la que estaba en el campo y en el banquillo, sino la familia que estaba en el estadio en un ambiente de empatía total. Sé lo que significa para estas personas y mi emoción fue para ellos. He tenido la suerte de estar en finales más prestigiosas, pero esto me hizo sentir muy especial", confesó.
"Somos una familia aquí. No ha sido una temporada excepcional, pero estamos trabajando bien. Los 14 partidos jugando los jueves en esta competición nos sacaron puntos. El Leicester es un equipo fuerte, pero no le dio mucho trabajo a Rui Patrício. Lo hicimos bien y me he conmovido. Lograr una final con un equipo que no llega a estas citas con facilidad, en un estadio que nos apoya siempre, es especial. Estoy en un momento de mi carrera en el que siento que esto no lo hago por mí, lo hago por mis jugadores y por los hinchas, por los dueños del club que llegaron al fútbol hace poco", agregó.
A pesar de la emoción y la euforia del momento, el técnico tuvo tiempo para acordarse del Real Madrid y Carlo Ancelotti, con quien guarda una gran relación. "El Madrid es un club que llevo en el corazón y tiene un entrenador que es amigo mío. ¡Grande Real y grande Carletto! A ver si ganamos la final", dijo exultante confirmando su apoyo al conjunto blanco en la final de la UEFA Champions League que se disputará el próximo 28 de mayo frente al Liverpool en tierras francesas.
"Ayer hablé con Ancelotti. El Madrid está en mi corazón, yo soy blanco, blanco, blanco, es el club más grande del mundo. Soy muy amigo de Carlo, sé que está contento por su Roma y por su compañero José. Vamos a ver si estos dos jóvenes entrenadores van a ganar sus finales...", añadió el exentrenador del Real Madrid en unas declaraciones ofrecidas a los micrófonos de 'DAZN' después del encuentro ante el Leicester.
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Lógicamente confía en que su equipo levante el trofeo de la Conference League, en lo que sería el 'doblete' europeo soñado por el portugués: "Hay diversos niveles de expectativa, responsabilidad y esperanzas. La historia de la Roma es una historia de sufrimiento. No gana mucho, y su número de finales no es acorde con la dimensión social de la entidad. Para nosotros es como una final de Champions, y lo mismo será para el Feyenoord".