El presidente del F. C. Barcelona, Joan Laporta, intentó justificar los pagos a Javier Enríquez Negreira con más de 600 informes y 43 cedés, supuestamente realizados por el ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros o por su hijo, Javier Enríquez Romero. Pero todos los informes que el Barça aportó para probar que el dinero desembolsado a Negreira era para pagar un asesoramiento técnico fueron redactados entre 2014 y 2018. Laporta no pudo aportar pruebas del trabajo realizado por Negreira antes de 2014 ni supo explicar cuál fue su papel en los años posteriores.
Laporta argumentó que los informes anteriores a esa fecha ya no existen. "Se destruyen normalmente al cabo de cinco años. No quiere decir que no existiera el trabajo, sino que no se han encontrado", aseguró el presidente del Barça. Su versión es contraria a lo que Negreira afirmó ante los inspectores de Hacienda. El ex vicepresidente de los árbitros españoles aseguró que el asesoramiento que prestaba al Barça era verbal.
No hay informes anteriores a 2014, pero la Agencia Tributaria ha podido constatar numerosos pagos a Negreira anteriores a ese año, al menos, desde 2001. Eso incluye el primer y segundo mandato de Laporta en la presidencia del F. C. Barcelona: entre 2003 y 2010. De hecho, en este periodo, Negreira multiplicó por cuatro la retribución percibida desde las arcas del Barça. Durante la primera temporada con Laporta en la presidencia del club (2003/2004), el Barça pagó 145.758 euros. Según la investigación de la Agencia Tributaria, en los años 2009/2010 esta cifra ascendió a los 573.398 euros. Un incremento que Laporta justificó porque el Barça participó esa temporada en más campeonatos: "Fue un año en el que hubo más competiciones", aseveró.
En todo caso, el Barça no ha podido aportar ningún informe realizado por Enríquez Negreira. Para explicarlo, Laporta quiso señalar a su hijo, Enríquez Romero, como el autor de los informes: "Yo siempre he tenido entendido que el prestador de los servicios, el principal, era el hijo". Pero el propio hijo de Negreira explicó a la Fiscalía que su relación con el Barça empezó en 2013, y por lo tanto, no pudo ser el autor de los informes anteriores a 2014 por los que el Barça pagó al padre. Cuestionado, además, sobre por qué era el padre el que cobraba por los trabajos, Laporta manifestó que "la relación paterno-filial aquí también influye" y añadió que "los conocimientos, trayectoria y posicionamiento del padre podían influir".