La selección española de fútbol echó este domingo el cierre a un año 2018 que se presentaba esperanzador en su comienzo y que poco a poco se fue torciendo para vivir una turbulencia certificada con tres seleccionadores, un amargo adiós en la gran cita señalada en 'rojo' en el calendario y una nueva etapa que no terminó de cuajar en sus dos primeros meses.
2018 estaba marcado por el Mundial de Rusia, al que España llegaba señalada como seria candidata después de una fase de clasificación impecable, dejando fuera a Italia, y la recuperación de una buena versión en apenas año y medio de la mano de Julen Lopetegui.
Pero todo se torció de forma inesperada y a partir de ahí tocó iniciar un nuevo proyecto de la mano de Luis Enrique, que no pudo lograr el primer objetivo que tenía en el camino.
La euforia en el ambiente con el combinado nacional se desató la noche del pasado 27 de marzo. En el Wanda Metropolitano, la triple campeona de Europa endosó un demoledor 6-1 a una Argentina sin Leo Messi, pero reafirmó claramente que estaba dispuesta a plantar 'batalla' en la Copa del Mundo. Además, días antes, había sido capaz de tutear como visitante a Alemania, empatando a uno también con buenas sensaciones.
Tres meses después, todo había desaparecido, hasta el propio Lopetegui. A tres días de debutar en el torneo ante Portugal, el Real Madrid anunciaba el fichaje del seleccionador como nuevo técnico y Luis Rubiales, presidente de la RFEF que le había renovado hasta 2020 a finales de mayo, no perdonó esta 'traición' y le destituyó fulminantemente.
Fernando Hierro, por entonces director deportivo, asumió la responsabilidad y sólo Cristiano Ronaldo evitó que el debut mundialista fuese feliz. De todos modos, el 3-3 y la imagen dada en muchos tramos, auguraba un pase sin problemas a octavos, pero el equipo se atascó ante Irán, a la que derrotó (1-0) con gol de rebote, y ante Marruecos, ante la que empató (2-2) con un gol en el descuento de Iago Aspas.
El cruce de octavos, ante Rusia, no se antojaba imposible para una selección que parecía sin chispa, pero esta no apareció el 1 de julio en el Luzhniki. El cerrojo de la anfitriona fue infranqueable para una España horizontal y los penaltis le condenaron a la eliminación del torneo de forma amarga.
Había necesidad de 'savia nueva' y Rubiales la buscó en Luis Enrique Martínez, exinternacional y sin trabajo desde que dejase en 2017 el banquillo del FC Barcelona, al que llevó en 2015 a la conquista de su segundo 'triplete'.
"Estoy muy ilusionado por afrontar este reto y darle una vuelta de tuerca a la selección", admitió el asturiano en su presentación del 19 de julio, donde aseguró también que no tenía "ningún problema" con ningún jugador.
Buen inicio con la comentada ausencia de Jordi Alba
Pero en su primera lista para los dos primeros partidos de la Liga de Naciones ante Inglaterra y Croacia sorprendió no ver a Jordi Alba y los rumores sobre su mala relación en los últimos meses en Can Barça, donde el lateral estuvo más tiempo en el banquillo. Koke Resurrección y, en un principio, Iago Aspas, luego repescado por la baja de Diego Costa, eran los otros mundialistas que no estaban junto a los 'retirados' Gerard Piqué, Andrés Iniesta y David Silva. El inicio fue prometedor.
La victoria en Wembley (1-2) y, sobre todo, la goleada endosada a la subcampeona del mundo (6-0) volvieron a decretar el 'estado de euforia' en el combinado nacional. La segunda lista tampoco trajo a Jordi Alba, cada vez a mejor nivel, y el amistoso en Gales (1-4) ratificaba las sensaciones hasta unos infaustos primeros 45 minutos en el Benito Villamarín.
Inglaterra se marchó al descanso 0-3 y luego aguantó para poner fin a la racha de 27 partidos sin perder de su rival y obligarle a ganar en Zagreb, donde Luis Enrique ya contó con el de L'Hospitalet, para sellar un pase a la 'Final Four' que parecía casi finiquitada.
España, castigada de nuevo por lo errores defensivos, perdió en el Maksimir (3-2), sufriendo por primera vez en dos años dos derrotas seguidas (Croacia e Italia en la Euro 2016).
Los 'Pross' no fallaron ante los croatas para acabar con las posibilidades de este objetivo, aunque como mal menor, la triple campeona de Europa se mantendrá en la División A. La discreta victoria ante Bosnia-Herzegovina puso al menos un cierre amable.
En total, la selección disputó 14 partidos en este 2018, de los cuales sólo ganó siete (Argentina -6-1-, Túnez -1-0-, Irán -1-0-, Inglaterra -1-2-, Croacia -6-0-, Gales -1-4- y Bosnia-Herzegovina -1-0-), empatando ante Alemania (1-1), Suiza (1-1), Portugal (3-3), Marruecos (2-2) y Rusia (1-1) y perdiendo ante Inglaterra (2-3) y Croacia (3-2).
El balance de goles a favor es de 33, mientras que en contra ha recibido 17.
El cambio generacional llega con Luis Enrique
Además, el 2018 dejó a nueve nuevos debutantes con la 'Roja', tres con Julen Lopetegui y los seis restantes con Luis Enrique.
El primero de todos fue el mediocentro Rodri Hernández, que lo hizo en marzo en el amistoso ante Alemania, y posteriormente fue el turno de Dani Parejo, que lo hizo a punto de cumplir 29 años, y de Marcos Alonso ante la albiceleste.
Por su parte, el asturiano también se encargó de rejuvenecer un tanto el combinado nacional y la marcha de algunos de sus jugadores más emblemáticos.
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El lateral José Luis Gayà y el centrocampista Dani Ceballos fueron los primeros en hacerlo en la goleada ante Croacia, Jonny Otto debutó en Cardiff, y finalmente, Mario Hermoso, Brais Méndez y Pau López tuvieron su oportunidad el domingo ante Bosnia-Herzegovina.