La Champions League es una auténtica carrera llena de obstáculos y sufrimiento, y para elManchester City no iba a ser menos. El equipo de Pep Guardiola ha conquistado la primera Liga de Campeones de los 'citizens' para completar el triplete en una temporada de ensueño, aunque lo ha hecho con mucho sufrimiento y recurriendo a ese 'otro fútbol' que tanto ha criticado en otras ocasiones.
La gran final de Estambul ha estado lejos de ser uno de esos partidos brillantes que el Manchester City brinda a los aficionados cada fin de semana. El equipo inglés apenas generó peligro en una primera mitad en la que su ocasión más clara fue un disparo de Erling Haaland que despejó André Onana sin mayores complicaciones.
La tónica se repitió en la segunda parte, hasta que en el minuto 68 Rodri Hernández recogió un balón suelto en el área para hacer el único gol del partido con unpotente disparo ante el que nada pudo hacer Onana.
A partir de ese momento, el Inter se lanzó con todo a buscar el gol del empate, y lo tuvo en dos ocasiones, pero la falta de acierto de Lukaku y el palo evitaron que los italianos llevasen el partido a la prórroga.
La primera gran ocasión la tuvo Federico Dimarco apenas un par de minutos después del gol. El carrilero interista cabeceó un envío al área y superó por alto a Ederson, pero el balón se estrelló en el larguero. El propio Dimarco recogió el rebote y se disponía a empujar el balón a puerta vacía, pero Lukaku se cruzó en su camino e impidió el gol del italiano.
El equipo de Simone Inzaghi siguió volcado al ataque, y en el minuto 88 tuvo la más clara del partido. Tras otro centro lateral, Gosens peinó el balón dejándole un remate franco a Lukaku, pero el belga volvió a estar desacertado. Remató de cabeza a apenas cinco metros de la portería, pero fue incapaz de colocar el balón en un lado de la portería, estrellando el remate en el pie de Ederson.
En la última jugada del partido, el Inter la volvió a tener para empatar la final. Federico Dimarco botó magistralmente un córner desde el sector derecho, y Robin Gosens remató solo en el primer palo, pero Ederson consiguió rechazar el remate del alemán.
Durante los últimos 20 minutos, el asedio del Inter de Milán hizo que el Manchester City se viese obligado a recurrir a las pérdidas de tiempo para cortar los ataques de los 'neroazzurri'. Eso provocó el enfado de Inzaghi en el banquillo y de sus futbolistas en el campo.
El árbitro del partido, Szymon Marciniak, tuvo que llamar la atención a los jugadores 'citizens' en diversas ocasiones, e incluso le mostró la tarjeta amarilla al guardameta Ederson, que retrasaba al máximo cada saque para arañar unos segundos.
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Pep Guardiola ha tenido que recurrir a ese "otro fútbol" que tantas veces ha criticado para ganar el partido más importante desde que firmase por el Manchester City en 2016. Pero ese recurso tan rechazado por Guardiola ha sido el que le ha permitido ganar su primera Champions League lejos del Barcelona. Sin duda, el fin justifica los medios.