El Real Madrid ha hecho que el Atlético hinque la rodilla. Ha hecho que por fin el Atlético pierda un partido de LaLiga después de 26 encuentros sin hacerlo. Ha hecho que, desde que en aquel 1 de febrero cayese precisamente ante los blancos, vuelva a caer. Ha sido gracias a un partidazo, uno que han liderado desde el mediocampo Luka Modric y Toni Kroos.
Porque el croata y alemán fueron el eje del triunfo del equipo de Zidane por 2-0 en el Alfredo di Stefano. Ellos dos no solo dieron juego a las líneas de arriba, sino que además cerraron absolutamente todo camino posible para las salidas jugadas de los de Simeone.
Para muestra, el mapa de calor de Modric. Tenía pintado de rojo todo el campo. Desde su parcela hasta la más cercana al área de Courtois. También a la de Oblak, simbolizando la adelantada presión planteada por Zidane a lo Salzburgo que tan mal se lo hizo pasar al Atlético.
Modric, clarividente, ejerció de 10. Kroos se exhibió. Manejando los tiempos y el tempo ya no solo del partido sino incluso del balón. Entre los dos se comieron al mediocampo del Atleti que, como en los últimos encuentros, empezó con dos pivotes y con Joao Félix más adelantado. Nada, superaron a todos.
Superaron tanto a todos que el Cholo no tuvo más remedio que cambiar de estrategia para darle otro toque al partido. Pero nada, no era el día para los pupilos de Simeone. Era el día para el resurgir de Modric y de Kroos.
De dos jugadores que muchos pusieron en duda en su momento pero que no, que están y estarán a pesar de que ya llevan en sus piernas muchos kilómetros. En los mejores partidos, los mejores aparecen. Y el Real Madrid se desquitó ante el Atlético como lo hizo ante el Barça.
Los blancos, gracias a este partido, se quedan a tres puntos de un equipo que, eso sí, lleva un partido menos que, de ganar, volvería a poner en seis su ventaja.