El Real Madrid, que no perdía en partido oficial desde el pasado mes de enero (36 encuentros invito y 14 en su competición fetiche), ha sucumbido ante el Lille en la segunda jornada de la nueva Champions League.
Los de Ancelotti, que vencieron al Stuttgart en la primera, han caído en su primer partido a domicilio adoleciendo problemas que se están acrecentando en este arranque de temporada.
Falta de intensidad en la presión, problemas de concentración, desajustes tácticos, ineficacia ofensiva... a pesar de jugar con cuatro centrocampistas, la sala de máquinas blanca aún no está engrasada.
Junto a Endrick, la gran novedad en el once de Carlo era la inclusión de Camavinga, que volvía tras lesión, pero el galo vuelve a Madrid como uno de los grandes señalados.
Rozando el descanso, tras una falta desde la frontal del área de Lunin, el disparo de rival impactó en el brazo de Eduardo, que lo tenía extendido y ocupando espacio.
En el momento, el colegiado principal no decretó la pena máxima, pero apenas 20 segundos después, con el balón en juego y el Lille reclamando, el VAR llamó al trencilla para que fuera a la pantalla a ver la jugada.
Penalti, gol de Jonathan David y victoria para los franceses al descanso ante un Madrid que, ya con Mbappé y Güler en la segunda parte, aumentó la presión, tuvo sus ocasiones pero adoleció de pólvora mojada. El de Lille puede haber sido el peor partido del Real en todo 2024.