La historia es caprichosa, imprevisible y sorprendente. Un estrepitoso descenso del Celta de Vigo a Segunda División en la 76/77 pudo haber desembocado en la contratación de por entonces un jovencísimo Diego Armando Maradona, que ya comenzaba a despuntar en Argentinos Juniors con tan solo 16 años.
Tras bajar en la última jornada de la temporada anterior, el cuadro vigués tenía el objetivo prioritario de regresar cuanto antes a la categoría de oro del fútbol español.
Para ello, la directiva de Balaídos se lanzó a por el fichaje de un delantero que proporcionase los goles tan necesarios para lograr el ascenso en una categoría tan difícil.
Desde Argentina llegaron dos opciones, una arriesgada y otra más segura. Por un lado, una joven promesa menor de edad que hacía poco que había debutado en la Primera argentina. Por el otro, Juan Carlos Nani, un delantero contrastado que contaba con bagaje en equipos de Sudamérica de la talla de Boca Junios o Lanús.
'Mejor malo conocido que bueno por conocer', dirían en Vigo, por lo que desembolsaron una cantidad en torno a los ocho y nueve millones de pesetas (unos 50.000 euros) para hacerse con los servicios del segundo.
Nani, apodado 'El Gringo' en Argentina, marcó 2 goles en los 18 partidos que jugó con los celestes. Entre tanto, Maradona completó una increíble temporada al otro lado del charco que le permitió formar parte de la prelista de la selección argentina para el Mundial de 1978.
Caprichos del fútbol, el Celta se podría haber hecho con uno de los mejores futbolistas que ha dado el deporte rey en su historia, pero, al menos, el objetivo propuesto se logró: el Celta regresó a Primera división un año después.
Curiosamente, este lunes 23 de noviembre se cumplieron 28 años de la única visita de Maradona a Vigo. Ataviado con la elástica del Sevilla en 1992, marcó un tanto de falta en la victoria del cuadro de Nervión en Balaídos.