Ha tardado más de lo quizá previsto, pero Antoine Griezmann ya es jugador del Barcelona. Los culés depositaron en la sede de LaLiga los 120 millones de cláusula del galo para cerrar una contratación por un futbolista al que seguían desde 2017.
Fue ese verano en el que Neymar dijo adiós al Barça. Desde ese momento, Griezmann se convirtió en objeto de deseo de los culés, pero la imposibilidad de incorporar jugadores por parte del Atlético aplazó todo a 2018. Entonces fue el francés el que decidió quedarse, cobrando una cantidad que rondaba los 23 millones netos por temporada.
No obstante, y tras la reducción de una cláusula que era de 200 millones hasta el 1 de julio, el Barcelona ya tiene al futbolista que empezó a seguir muy de cerca tras la marcha de Neymar.
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