Quién le habría dicho a Robert Moreno antes del Mundial de Sudáfrifa que iba a pasar de trabajar en un banco a ser seleccionador de España. Nueve años en los que todo ha cambiado para él, y todo por una llamada de Luis Enrique cuando el asturiano era entrenador del Barcelona B. "Me dijeron que quería analistas nuevos", dice.
Desde ese momento fueron uña y carne. Un momento en el que Lucho hizo famosos los pinganillos, prohibidos, que le conectaban con Robert. Del Barça B se le llevó a la Roma, y de ahí siguieron el camino que les llevó a la Selección. Ahora él es el seleccionador.