Vinicius puso la tranquilidad en las convulsas aguas del Real Madrid. El brasileño, con la inestimable ayuda de Bono, hizo el 0-1 ante el Sevilla en el Sánchez-Pizjuán en un partido que podría ser un punto de inflexión... pero que deja claro que los de Zidane tienen un problema de gol.
Porque de no ser por Bono, portero del Sevilla, este partido bien podría haber terminado 0-0. Y bien podría haber acabado así sin tener que haber acabado así de haberse jugado cual combate de boxeo. Porque, a los puntos, el Real Madrid fue superior sobre todo en el primer acto.
Pero en un deporte en el que las áreas mandan no solo hay que masticar. Hay que morder y tragar. Con Modric cual reloj suizo, arriba faltaba ese disparo final que ni Benzema, ni Rodrygo ni tampoco Vinicius tenían.
Sí, Vini celebró un gol, pero el gol realmente fue de Bono. Todo sucedió rápido, con Benzema abriendo a banda para que Mendy centrase. El meta del Sevilla se confundió y esperó. Vinicius tocó la bola y eso despistó al portero... que se metió el balón en su portería.
Donde Bono falló, Courtois acertó. El belga salvó a los suyos de hasta dos chilenas. La segunda, de Ocampos, peligrosísima a la que tuvo que ir abajo para salvar el 1-1 cuando el tiempo ya llegaba a su fin.
No dieron mucha más opción los de Zidane al Sevilla, que mostraron esa versión férrea que tan buenos resultados les dio en LaLiga tras la vuelta a la competición.
Deberán eso sí afinar la puntería para la Champions League, donde se juegan ante el Monchedglabdach estar en la ronda de octavos. Dependen de sí mismo, pero pueden ser primeros, terceros... o últimos.