Marc Márquez está disfrutando. Está recuperando sensaciones. Está volviendo a su mejor versión. A la que imponía respeto. A la que inspiraba temor cuando veías que llegaba por detrás. Sí, a eso está volviendo. Está volviendo al camino para ganar. Para ser campeón. Para pelear por lo que no hace mucho peleaba. En Portimao, en el sprint del GP de Portugal, show de campeón para su de momento mejor posición con la Ducati.
Porque esto es otro cuento. Esta es otra historia. Una en la que está para lo que sea. Sí, solo se llevan dos carreras, pero con su segunda plaza en la corta de la pista lusa. En el sprint de la pista lusa. Pero menuda segunda plaza. Menuda segunda plaza para estar ya a 10 puntos del líder Bagnaia.
Del octavo al quinto nada más empezar
Comenzaba octavo, pero todo fue por lo que fue. Fue porque se cayó en la 'qualy'. Porque, cuando iba al máximo, visitó el suelo. Por eso fue, pero iba a estar en la batalla. En una batalla que animó desde la salida. Desde un arranque en el que ganó tres posiciones para poner rumbo a los líderes.
Ahí estaba Bastianini, al que se ventiló fácil. Luego, Maverick Viñales, en un adelantamiento que posteriormente le devolvió después de irse largo. Largo como se fue Bagnaia, para poner todo patas arriba y dejar a Marc en posición incluso para pensar en la victoria.
Después de pasar a Jorge Martín era segundo. Pocas vueltas quedaban para ir a por Maverick Viñales. Para tomar la decisión de si arriesgar o de si parar. Sea por el motivo que fuese, Marc prefirió guardar la ropa y centrarse en mantener una más que peleada segunda plaza.
La Ducati, una moto por y para Marc
Pero está claro que ahora tiene la máquina adecuada para pilotar como le gusta. Para hacer lo que quiere hacer en pista. Para que empiecen a llegar unos resultados que, con solos dos fines de semana en Gresini, ya van llegando. En Portugal, la ilusión está ya por las nubes.
La esperanza, las ganas de ver de nuevo a Marc sobre dos ruedas. Queda todavía el domingo. Queda todavía la carrera larga. Queda una jornada más para que Márquez prosiga con su aprendizaje, con su adaptación, mientras lucha ya no por los puntos sino por podios y victorias. El gran campeón, por fin, ha vuelto.