Horrible día en la oficina para Pecco Bagnania. Para el dos veces campeón del mundo de MotoGP. El italiano terminó viendo el final de la carrera al sprint por televisión después de un abandono tras una jornada que ya desde la mañana empezó más bien torcida en Le Mans.

Porque en la clasificación se fue al suelo. Porque la moto estaba como estaba. Porque salió, para no arriesgar, con la segunda máquina que Ducati tenía en Francia. Eso fue algo que al final le salió más bien caro.

Así lo explica el italiano: "Esa segunda moto tenía algo que no iba como esperaba. Hacía cosas rarísimas cuando iba detrás de otros pilotos".

"En la salida ya se me levantó muchísimo. Ahora están a ver qué ha pasado, pero no es sencillo", cuenta Bagnaia.

Y continúa: "Salí con la segunda moto tras la caída. La primera estaba preparada, pero era mejor no arriesgar".

"No piensas que algo así pueda suceder. Sí, las dos motos no son nunca idénticas... pero al final te adaptas", afirma.

Pero sin duda alguna estaba enfadado Bagnania: "Me cabrea. Pensar que todo esto es por un error mío..."