Durante el Gran Premio de Austria del pasado fin de semana, se vio muy, muy enfadado a Davide Tardozzi, jefe de Ducati, en el paddock del Red Bull Ring.

Todo surgió después de que varios mecánicos de Aprilia se acercasen a la GP23 de Marco Bezzecchi y comenzasen a fotografiar y grabar la moto.

Tardozzi fue rápidamente a por el mecánico que estaba grabando y tuvo más que palabras con él, llegando casi a empujones.

Ducati siente que fue víctima de un caso de espionaje en sus motos y Aprilia defiende que solo estaba mirando.

Cabe reseñar que no está prohibido ver las motos de los rivales, pero es un caso distinto fotografiar, grabar e incluso escanear. Veremos si se queda en anécdota o habrá sanción para el futuro equipo de Jorge Martín.