Fernando Alonso ha vuelto a sufrir un problema mecánico. Otra vez. Otra vez un fallo privó al asturiano de, al menos, pelear por ganar las 500 Millas de Indianápolis. El asturiano, esta vez y a diferencia del problema en el motor de 2017, se quedó sin embrague cuando la carrera llegaba a su punto clave.
Fue cuando restaban unas 70 vueltas para el final de la prueba. En ese instante, Alonso entró en boxes. Entró... y no salió. No salió cuando debía haberlo hecho. Y no lo hizo porque el embrague se rompió. Se quedó sin él. Y bastante hicieron en McLaren para sacar de nuevo el coche a pista.
Por honor sobre todo, y por si algo sucedía en lo que restaba de carrera. Pero pasase lo que pasase, al asturiano le iba a coger sin embrague. Sin prácticamente poder cambiar de marchas, como dijo por radio. Y con el riesgo de a saber qué pasará si parase de nuevo en boxes.
Alonso, con problemas con las marchas durante 70 vueltas
Ya tenía una vuelta perdida, y estaba en la zona de atrás de la prueba. Una zona que, por cierto, prácticamente no abandonó en toda la carrera. Sí, las 500 Millas se deciden en las últimas vueltas, pero Alonso nunca tuvo ese ritmo ganador ni esa velocidad que sí tenían los líderes.
Alonso nunca encontró ritmo de carrera
Iba lento, así de simple. Y la causa, viendo cómo corrían los otros dos McLaren, pudo estar en su accidente en los entrenamientos en el óvalo. El cambio de piezas que tuvieron que hacer en un coche que pasó de ser una bala a todo lo contrario.
Su McLaren, el más lento de los tres
A veces asomaba por los 15 primeros puestos, pero cuando eso sucedía era por alguna parada en boxes. Él cumplía con ellas, en cada bandera amarilla, entraba. Y hubo dos en apenas diez vueltas. Los demás entraron una vez, pero él ya llevaba dos pasos por el 'pit stop'. Con todo, de no ser por el embrague...
Porque en ese momento estaba en la zona de Castroneves y de Pagenaud. Y de Ferrucci, que peleó hasta el final la victoria con Takuma Sato y Scott Dixon. Pero no, no pudo ser. En esta ocasión fue el embrague, pero su ritmo no era nada halagüeño.
Palou, contra el muro cuando era noveno
Álex Palou sí que tenía velocidad. Y además bastante. Sin embargo, fue con él con quien empezaron las vueltas de la desgracia para los dos españoles. El catalán estrelló su coche contra el muro en el giro 122 y dijo adiós a la prueba.
Palou llegó a rodar en marcas de los líderes
Lo hizo cuando rodaba en novena posición, cuando mejor estaba. Cuando se encontraba en puesto para pelear por la victoria de la carrera en su primer año en el óvalo. Pero con él empezó todo, pues en la parada por su bandera amarilla fue cuando el coche de Fernando Alonso dijo adiós a sus opciones.
Segunda victoria para el mítico Takuma Sato
Quedaba mucho, pero estaba claro que Dixon iba a pelear hasta el final por el triunfo. Sin embargo, y al igual que en la primera participación en carrera de Fernando Alonso, la victoria fue para Takuma Sato.
Defendió su plaza en las últimas vueltas hasta que quedaban cinco, cuando un grave accidente de Pigot contra el muro de boxes supuso una bandera amarilla y el final de la prueba.
Es la segunda vez que Takuma Sato vence en las 500 Millas de Indianápolis. La primera fue en 2017 cuando, como anteriormente se expuso, participó Fernando Alonso.
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