Max Verstappen se las prometía muy felices en Azerbaiyán. El holandés, un cohete en Bakú, quería que esta prueba fuera un punto clave para meterle un hachazo a Lewis Hamilton en el Mundial y así iba a ser... hasta la vuelta 47.
Porque ahí todo cambió. Ahí, antes incluso de que pudiera pasar por la línea de meta y mientras marcaba alguna que otra vuelta rápida, llegó el momento que puede cambiar absolutamente todo en la lucha por el título. En ese instante, cuando era líder, quedó completamente K.O.
El motivo, el neumático delantero derecho. La rueda, directamente, falló. Pinchó. Reventó. El holandés, directo al muro tras más de 30 giros con unas gomas que dijeron basta.
Stroll ya avisó de que podiía suceder
Ya se podía intuir cuando Lance Stroll tuvo ese mismo percance y con, además, la misma rueda. En su caso, 29 giros duró. El resultado, accidente y safety car en el que algunos cambiaron ruedas y otros no.
Verstappen no lo hizo, y pasó de poder sumar 25 puntos y meterle un buen mordisco al Mundial a quedarse con un cero.
Por suerte para él, en la relanzada Lewis Hamilton cometió una de las más grandes pifias de su carrera deportiva y se quedó sin puntos en la victoria de Sergio Pérez.
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