Qué listo es Alonso. Cómo sabe lo que puede suceder en cada carrera. Cómo es capaz de leer cosas que no han pasado pero que pueden llegar a pasar. Lo sabe por lo que lo sabe. Porque la experiencia cuenta. Porque cada año, cada carrera, es un plus. Es un valor añadido que aporta y que ha aportado en cada equipo. En Canadá volvió a quedar claro.

Porque no hay nada más peligroso que un fin de semana con condiciones cambiantes. Que uno en el que haya que decidir rápido o que, directamente, haya que tomar la decisión de no hacer absolutamente nada y ver qué es lo que pasa. De que sean otros los que se arriesguen. De que sean otros los que fallen.

En Montreal, que si lluvia, que si no. Que si pista mojada. Que si carril seco. Sí, lo típico que les encanta a los que no tienen nada que perder. Y lo típico que prefieren no ver aquellos que tienen mucho que dejarse en pista. El comienzo fue un claro ejemplo.

Y, de repente, Leclerc

Porque los Haas salieron con neumático de lluvia extrema. No hubo nadie más que lo hiciera. Durante cinco vueltas eran los más rápidos en pista; luego, el desastre. Un desastre eso sí mucho menor que el que vivió Charles Leclerc en Canadá.

Lo dijo el asturiano. Lo dijo Alonso. La decisión acertada te daba cinco segundos; la decisión inapropiada se cargaba tu carrera. Lo segundo es lo que le pasó al Ferrari.

Perdía seis segundos... por sector

Iba más bien despacio, todo hay que decirlo. El motor, la unidad de potencia. Algo pasó. Algo pasó que arregló en el paso por boxes posiblemente con un reinicio. En un paso por boxes en el que, por algún motivo extraño, hizo algo en lo que nadie había pensado.

Leclerc, que no tenía nada que perder, montó neumáticos de seco. Duros, para ser más exactos, cuando la pista estaba completamente encharcada y con las nubes soltando agua en los alrededores del circuito. Así, porque había que arriesgarse.

Error monumental. Perdía alrededor de seis segundos. No, no por vuelta. Por sector. Por vuelta eran unos 25. De repente, Zhou, penúltimo, pasó a estar a minuto y medio y el mapa de la pista era lo que era: todos los coches relativamente cerca y Charles al otro lado. Solo.

"Retira el coche"

Evidentemente tuvo que rectificar una decisión que solo él tomó. Luego, al final, sí. Pero al final. Al final de una carrera en la que ya no estaba. "Retira el coche", le dijeron por radio.

De ganar en Mónaco, de ilusionarse con el Mundial, a sumar un rosco mientras Verstappen se lleva 25 puntos sin ser, eso sí, el más rápido en Canadá. Pero Max es Max. Max acertó. Y Alonso también. Tocaba, simplemente, llevar el coche a la meta. Fernando lo hizo; Charles, no.